13:Una tras otra.

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Yang Jeongin.
Los seres humanos estamos acostumbrados a mentir, y esta es una triste realidad que intentamos ocultar. Cada persona miente, quizás por el miedo a mostrarse tal y como es, por el temor al rechazo o simplemente para quedar bien frente a los demás. La mentira se ha convertido en un defecto común.

Sabía que iba a mentir de nuevo. No es que él se lo mereciera, al final de cuentas, fue el único hombre que intentó ver más allá de mi apariencia y que trato de descubrir mi verdadero yo. Pero lamentablemente, mis miedos me impedían revelarle mis verdades. Quería confesarle la verdad, explicarle porque elegí este camino, demostrarle que no soy el chico que muchos piensan, que tengo mis cualidades. Quería eso y mucho más, pero me sentía atrapado por el fuego que ardía dentro de mi y necesitaba una excusa rápida y lógica frente a Hyunjin. Llegué a preguntarme si en otras circunstancias, su mirada habría sido diferente...

¿Cómo iba a decirle que el padre de mi hijo me obligó a trabajar para él y que esa fue la única condición que me permitía seguir al lado de Sunoo? Y si tan solo hubiera sido esto...¿Por dónde empezar a decirle que podría ir preso por un error del pasado?

-Aún espero una respuesta- dijo con seriedad, su voz clara y perturbadora mientras sentía su mirada intensa recorriendo mi rostro. Me negué a mirarlo, sabiendo que el contacto visual sería la confirmación de mi rendición y la prueba irrefutable de mi mentira.

-Por favor- susurre evitando constantemente y decididamente sus ojos azules que, en esa situación, representaban el infierno, un infierno helado y cristalino.

-Quiero ayudarte, pero si no hablas, si no colaboras conmigo, no puedo hacer absolutamente nada- musitó, y sentí su cálida respiración en mi cuello.

-Es mejor que no te metas en esto- repliqué, seguido de un grave y profundo suspiro.

Era consciente del poder e influencia que él podía tener, pero al mismo tiempo presumía que, al lado de Heeseung, todos los contactos de Hyunjin eran insignificantes. Si bien elegía el camino correcto para hacer las cosas, Heeseung siempre optaba por caminos oscuros, gente peligrosa y negociosos sucios. Por muy importante que fuera Hyunjin a la luz del día, Heeseung era igual de maquiavélico durante la noche.

-No te preocupes por mi mientras tu vida está hecha una mierda- bufo, levantando mi cabeza con su dedo bajo mi mentón.

-Mi vida no es completamente una mierda- repliqué, consciente de la presencia de mi hijo en ella.

-Hablaremos de tu vida en otro momento, ahora tenemos cosas mucho más importantes de las que hablar. ¿Porque soportaste ser maltratado?- cuestión, mirándome con reproche.

-¿Sabes que es lo que más me duele? Sentirme humillado frente a otros, y precisamente eso es lo que estás haciendo en este momento- contesté en voz más alta de lo normal. Sabía que los recuerdos, los daños y los pensamientos no tardarían en aparecer, así que solo me quedaba admitir toda la tristeza que me rodeaba y fingir ser fuerte. Había optado por la segunda opción, ya que la primera no estaba en mi menú diario desde hace tiempo.

Heeseung me había enseñado lo que significa estar realmente avergonzado y humillado en una situación, tanto que, después de tanto tiempo, cualquier disgusto que él me lanzaba me dejaba completamente inmune. Las cosas cambian bastante cuando se trata de otras personas, gente que está fuera de mi círculo cotidiano, gente como Hyunjin.

-¿Qué me estás diciendo?- preguntó frunciendo el ceño y negando con la cabeza-. ¿Me estás echando la culpa cuando fuiste tú quien construyó este vínculo?

-No es tu culpa, y precisamente por eso no deberías involucrarte en este asunto, tan alejado de tu realidad. No te entrometas en estas cosas, Hyunjin- proseguí, empujándolo, alejándolo y sintiéndome finalmente aliviado y con la capacidad de respirar un poco más tranquilo.

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