18: Miradas.

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Hwang Hyunjin
-¿Entonces a qué te referías cuando dijiste que lo nuestro es diferente?- pregunto  Jeongin mirándome fijamente a los ojos.

Me quedé observándolo durante un momento. Jeongin no era el típico chico común que solía encontrar. Era decidido, jodidamente orgulloso y hermoso. Sus ojos brillaban de manera única y sus labios...

-¿Podrías dejar de sonreír y contestarme?- le escuché hablar y fruncí el ceño molesto.

-¿Podrías ser más amable?- repliqué ignorando su mirada y arreglándome el traje.

-¡Hyunjin!- exclamó nervioso y sonreí más fuerte.

-Jeongin- hice una pausa mirándolo a los ojos-. Yujin es mi mejor desde hace años- hice una pausa y él me indicó seguir-. Ella no me atrae. En cambio, tú me vuelves loco.

Seguí mirándolo, viendo como su rostro reflejaba sorpresa al separar los labios. Sabía que no se lo esperaba, y yo mismo me sorprendí por mis propias palabras.

-Simplemente es eso- respondí después de unos minutos, sin apartar la mirada de él.

-¿Nos vamos?- aclaró su voz y luego preguntó.

-Aún no, quiero decir una cosa más- hice una pausa-. Tú estás aquí conmigo, así que el hombre con quien tú debes ser visto soy yo, ningún otro pedazo de mierda- mentí, prácticamente Jeongin podría hacer lo que quiera pero mi orgullo no quería verlo al lado de otro.

-No es un pedazo de mierda- rodó los ojos visiblemente molesto-. El hecho de que no tenga el mismo dinero no significa que no valga mucho como persona.

Sentí que mi presión arterial comenzaba a aumentar, hasta el punto en que podía sentir mi pulso en la arteria cerebral. Apreté el puño y di un paso hacia él.

-¿Ahora lo estás defendiendo?- levante una ceja y apreté la mandíbula-. Apenas lo conoces.

-Es un hombre que me hizo compañía, por dios- exclamó mirando al cielo, exasperado.

-Pues la próxima vez que necesites compañía me avisas a mi- me acerqué más a él hasta que le vi levantar la cabeza y mirarme a los ojos-. A mi- añadí.

-Estás exagerando, aparte fue muy lindo conmigo- se encogió de hombros de manera inocente.

-¿Lindo?- pregunte y asentí un par de veces con la cabeza-. Solo quería meterte en su cama.

-¿Y tú no estás haciendo lo mismo?- espetó molesto- Tú lo haces peor, me pagas por eso.

-Eso no tiene nada que ver- repliqué.

-Si lo tiene, tiene todo que ver- me miró a los ojos con valentía.

-Mejor nos vamos, porque así nunca vamos a estar de acuerdo- hice una mueca de queja.

-Opino lo mismo, Hwang- levantó las cejas y pasó junto a mí, negando con la cabeza sin entender toda esta situación.

Camine a su lado sin decir una palabra, estaba furioso y no intentaba disimularlo. De vez en cuando me miraba solo para asegurarse de que notara su enojo, y lo notaría, ¿quién no lo notaría cuando hacía un ruido infernal al chocar los dientes?

El camino hacia el restaurante fue silencioso, nadie hablaba y lo único que se escuchaba era la canción que salía de la radio. Afortunadamente, la distancia entre los lugares no era tan grande, por lo que en pocos minutos el conductor ya había estacionado el coche.

-¿No me vas a hablar en todo el día?- pregunte mientras le abría las puertas del restaurante.

-Sabes muy bien que no puedo hacerlo, prácticamente estoy trabajando para ti en este momento- suspiro.

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