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¡Bienvenida a Rio de Janeiro, Katherine!

Katherine Lombardo

Destruida no era una palabra tan amplia para estos momentos de mi vida, me siento destrozada esa era una palabra que puede quedar en mi. Mi mente rebobina una y otra vez la escena donde casi le disparo a Christopher, y todo se debe a la maldita drogas que ingeri. Ellas me convierten en algo que no soy y me jode, porque yo no soy así.

Entre los brazos de Christopher me giro para observalo, odio toda parte de mi por lo que le hice. Mas allá que seamos personas sin corazón, o eso creo, no tendría porque haberle hecho. Ponerle un arma en la cabeza es como si yo misma me estuviera por matar. Paso mis dedos por su cara siguiendo cada perfección que tiene en su rostro.

Es como un gran diablo que te hace quemarte más sin que lo tenga que pedir. Y lo haría miles de veces por él, ya que lo que me hace sentir es tan placentero o tentativo que no podría separarme.

-¿Me seguirás acariciando si sigo con los ojos cerrados? - inquiere haciendo que saque la mano de su rostro cuando abre los ojos que conectan con los míos

Su mano se aferra a la mano que alejé dejandola en su pecho desnudo.

-Puede ser, o también puede ser que no - susurro siguiéndole la corriente

-Entonces cerraré los ojos - dice con una sonrisa - sin embargo, pediré algo para que traigan el desayuno

-Bien - afirmo con la cabeza mientras que me siento en la cama

Él se levanta, y se va dejándome sola. No me muevo de mi sitio hasta que vuelve con una bandeja con tostadas y café. Se sienta a mi lado dejando la bandeja adelante de nosotros.

No me habla ya que agarra el movíl para hacer un llamado que no logro comprender bien de que va, comienzo a masticar mi tostada mientras que el se concentra en el celular.

-¿Pasa algo? - inquiero.

Quería saber que estaba ocurriendo ya que sus caras de cansancio mientras comía la tostada se podían ver.

-Me tengo que ir a la casa de mi padre - me observa dejando el móvil a un lado - tengo que hacer unas cosas importantes, pero primero terminamos de desayunar y luego te llevaré al departamento.

No digo nada, afirmo con la cabeza tomando el último bocado de café. Algo más ocurria pero no me lo está queriendo decir, así que, le sigo la corriente. Él solo me lo dirá, supongo.

Me levanto de la cama cuando termino y sin decir nada me meto al baño para cambiarme, no quería hacerlo frente a él más allá que me vio desnuda millones de veces, pero no era el momento. Hago mis necesidades, me lavo los dientes y ya con la ropa puesta salgo del baño encontrándomelo vestido con unos pantalones negros, camisa negra y unas zapatos. Mierda, que bien se ven los hombres vestido con casamiento.

-¿Seguirás viéndome mientras se te cae la baba o te detendras para que no te sigas derritiendote por mi? - inquiere con una sonrisa sin dientes

-Solo cállate - le digo acomodando mi bolso en mi brazo - ya estoy lista

-Bien, vámonos entonces

Me agarra de la mano y me lleva al garage, me quedo quieta cuando veo todo tipo de autos. Esto nunca lo ví aquí. Me giro hacia él a la espera de que diga algo.

-Escoge un coche - me dice y vuelvo a ver la variedad de autos - el que tú quieras

-¿Por qué haces esto? - inquiero

-Solo elige - ubica sus manos en mi cintura esperando mi respuesta

Había desde un Lamborghini a un Tesla, todos eran deportivos. Observo con mas atención y hay uno que si me gusta, todos son hermosos, pero el que estoy viendo parece el mejor de todos. El Ferrari F8 gris oscuro era totalmente bellísimo, me separo de las manos de Christopher y toco el coche que se encontraba frente a mi.

Cayendo en el infierno [Completa]  +21 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora