-¿Qué hubiera pasado si Mahidevran se ganaba el amor de Süleyman? ¿Qué tal si se convertía en la mujer más poderosa de Estamul?
Todo esto sucede gracias a Carol, una joven de 15 años, que está obsesionada con el Imperio Otomano, más específicamente...
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Después de verías horas, Mahidevran consiguió dar a luz a un nuevo miembro de la dinastía. Ella estaba un poco triste.
Dio a luz a un pequeño ser, un príncipe. La sultana quería tener una pequeña niña, sabía que perderia a su bebé debido a la ley de fraticidio.
Quería una sultana, apesar de las burlas que recibiría por parte de Hürrem, ella quería una niña.
Pero no rechazo a su hijo, lo amaba, no estuvo mucho tiempo despierta y se quedó dormida por el cansancio.
Mientras ella descansaba, la madre sultana, y la sultana Hatice sostenía a su hijo. El pequeño príncipe todavía no resibia un nombre.
El sultán pronto estaría en casa y le pondría nombre a su hijo. El bebé es un niño tranquilo, como todo recién nacido, solo dormía.
—Es hermoso.—Dijo Hatice acariciando la cabeza del pequeño.
—Así es, Hatice.—La madre sultana cargaba al príncipe y lo acercaba a su hija para que pudiera acariciarlo.-Ansío escuchar su nombre, el pequeño tiene los ojos de su madre.-Hafsa levantó la cabeza y miró a su hija.
Hatice solo sonrió. El bebé no duró ni una hora despierto, pero el tiempo que lo hizo fue suficiente para ver sus ojos llorosos.
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|| EN EL HAREM ||
Ayşe estaba despierta, no podía dormir, en cambió Hürrem estaba plácidamente acostada en su cama.
La favorita se levantó, abrió la puerta de sus aposentos y se bajo hasta el harem. Busco por todos lados en busca de Firial, después de un tiempo la encontró.
—Firial.—Llamó Ayşe.
—¿Qué sucede?
—¿Cómo está la sultana Mahidevran?
Firial miró mal a la chica, a ella no le incumbia el estado de la sultana. Aún así respondió a su pregunta.
—Su majestad, la sultana Mahidevran ha dado a luz.
