¿Dos?

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La alegría llegó de inmediato cuando la noticia acerca del sultán entró en el harem

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La alegría llegó de inmediato cuando la noticia acerca del sultán entró en el harem. Las muchachas reían y daban vueltas, saltaban, corrían, bailaban, y jugaba.

Estaban tranquilas, pero las sultanas no. Hürrem estaba en estado crítico, se cree que puede perder su embarazo debido al sangrado.

—Por Alláh.—Dijo Nurhan mientras pasaba sus manos por su vientre, haciendo círculos en él.

La sultana Mahidevran estaba consiente y acostada en su cama, tenía un dolor en el vientre, pero desde que empezó el embarazo los había tenido.

La doctora no se preocupo mucho por eso, Mahidevran estaba consiente y razonada adecuadamente.

En cambio, Hürrem seguía con dolor, ya despertó gracias a que la doctora la curo. Pero aún no era suficiente.

Esa noche Mahidevran y Hürrem pasaron enserradas en sus aposentos, su embarazo se había complicado.

Por otro lado, Nurhan, Ayşe y Kasim pasaban la noche con la madre sultana. Las muchachas se mantenía felices y esperanzadas.

Dos semanas después, Mahidevran se dirigió al harem y contemplo a Hürrem. La mujer peleaba con Ayşe, pues ella tenía el descaro de ordenarle buscar a Firial.

Ayşe merece respeto, es madre de un príncipe otomano, y fiel aliada de la madre sultana.

—No es mi trabajo, ve y búscala tú.

—¿Cómo puedes hablarle así a la sultana?

—¿Sultana? ¿Quién te hizo sultana?

—Ayşe, disculpate.—Gritó molesta.

—¿Por qué? ¿Por qué digo la verdad? —Firial se acercaba de detrás de la puerta par escuchar mejor. —La verdadera sultana no puede ser tocada por nadie. Hay una sola sultana en este palacio, y es la sultana Mahidevran. La original y la mujer más bonita.

Desde la entrada del harem llegó Firial, con una expresión frívola y molesta. Al verla, todas las mujeres se levantaron, a excepción de Ayşe, quien cuidaba que su hijo no se cayera, el pequeño ya quería andar.

—¿Qué fue eso? ¿Cómo puedes hablarle así.-Sus palabras causaron molestia en Gülsag, quien miraba todo el escándalo.—Esta mujer es la madre del hijo del sultán. Debes saber como dirigirte a ella.

—Señorita Firial no sabe lo que dice.

—Cállate y no respondas.—Antes de que pudiera hablar fue interrumpida.

—¿Qué sucede, Firial? —Las palabras de Mahidevran hicieron temblar a todas las concubinas.—Ella también es la madre de un príncipe. Respetala.—Gritó molesta.

Firial hijo una reverencia y todas las muchachas empezaron a susurrar. La kalfa se estremeció, su acto podía costar le muy caro.

—Lo lamento.—Habló con la cabeza baja.

Valide Haseki Mahidevran Gülbahar SultanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora