-¿Qué hubiera pasado si Mahidevran se ganaba el amor de Süleyman? ¿Qué tal si se convertía en la mujer más poderosa de Estamul?
Todo esto sucede gracias a Carol, una joven de 15 años, que está obsesionada con el Imperio Otomano, más específicamente...
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La sultana Mahidevran salio de sus aposentos en busca de su hijo. El pequeño fue solo, dejando a su madre totalmente preocupada.
Gülbahar aumento la velocidad de sus pasos pero no encontró a Mustaf, no logró escuchar nada, ningún paso.
Siguió avanzando y al no verlo fue al lugar donde recibe clases, pero entró y no vio a nadie más que al maestro. No podía hablarle, al menos no sin nada en su cabello.
—Date la vuelta un momento, por favor.
El hombre dudo, pero al final accedió y se voltio. De esa forma no podría ver a la sultana.
La mujer entró y pasó por todos lado, buscando al pequeño, pero no encontró rastro alguno.
—¿Has visto al príncipe Mustafa?
—No. Debería estár por llegar.
Mahidevran salio apresurada y fue en busca de su hijo. Le tendría que preguntar a Hürrem si logró verlo.
Aunque le costará, y ciertamente, mientras ella estaba en la clase, Hürrem encontró al príncipe y lo llevó a sus aposentos.
Según ella, un niño como él no debería salir, y mucho menos solo. Que tonta sería su madre si lo permitiera.
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Hürrem entró a sus aposentos acompañada de el príncipe Mustafa. El niño iba molesto, pero era educado y obediente, algo que le costaría mucho en un futuro.
—Suelteme, señorita Hürrem.
—De acuerdo, ya llegamos.—Las mujeres abrieron las puertas y ella entró.—Ve a ver al príncipe Mehmed.
—¿Dónde está?
—Ahí.—Señaló.
Mientras el príncipe se dirigía a la habitación, llegó Nurhan. La mujer ardía en furia y entró de un portazo.
