El jueves santo.

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Las dos mujeres caminaban apresuradas en busca de sus hijos

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Las dos mujeres caminaban apresuradas en busca de sus hijos. Ambas con molestia, pasaron por el harem y Nurhan noto por el rabillo del ojo a la sultana Handan, la mujer sostenía a los bebés desde adentro.

Al parecer, la mujer tomó a la sultana Kösem y estaba cargando la, junto a ella estaba sentada Hürrem, con Mehmed a su lado.

Y todas las concubinas susurraban y observaban a la sultana Handan. Algunas tocaban música por su orden.

Mahidevran, al ver esto, entro de un empujón y todos mantuvieron la cabeza abajo e hicieron una reverencia.

Camino hasta donde estaba la mujer y la observo con molestia, mientras Hürrem hacia sus típicas muecas.

—Dámela.—Ordenó.

—Tienes una hija muy bonita.—Dijo Handan y le dio a la bebé a Mahidevran

—Lo sé. Es mi hija.

—Pero es mujer.

Ante sus palabras, las nuevas concubinas empezaron a reír. Serpientes, igual que la mujer que las envió.

—Silencio.—Gritó molesta, haciendo que todas aquella hipócritas se callaran.

La mujer miró irritada a todas y Sümbul Agha llegó en total silencio, para decirle a su sultana que el sultán la espera, pues es Jueves Santo.

Con esto, Mahidevran bajo un poco en intensidad acerca del enojo, y salió.

Pero las mujeres detrás de ella, en especial Handan y Hürrem, se sintieron lastimadas ante aquellas palabras de Sümbul Agha.

La sultana acompaño a Nurhan a los aposentos de la madre del sultán.

En ellos estaba Kasim, Ahmed, Abdullah, y Esmeray.

La madre sultana mecía a Esmeray, mientras Kasim y Abdullah jugaban entre ellos, Gülfem cargaba a Ahmed, y lo contemplaba de una extraña manera.

Tal manera hizo que la Hatun derramará lágrimas, y lo cierto era que Ahmed es igual a su difunto hijo. El príncipe Mahmud.

Aquella mujer odiaba recordar esos bellos días, pues en ellos está la marca de su hijo, el príncipe olvidado.

Mahmud falleció por una "enfermedad", y desde ese momento la vida de la señorita Gülfem se destruyó.

El sultán no la envió al viejo palacio, sin embargo no volvió a tocarla, o tan siquiera pensar en ella.

No importa si enfermaba o algo malo le pasaba, el sultán no se preocuparía de ella. Triste, pero cierto.

Volviendo a la realidad, Mahidevran se acercó a besar a todos los príncipes. Si, parece raro, pero no. Las mujeres tratan a los hijos del sultán como propios, pero de la buena forma. Es decir; los cuidan, los alimentan, juegan con ellos, etc.

Es una hermosa relación, pero sin duda alguna eso no es entendido por Hürrem o Handan.

En fin, pidieron la comida y almorzaron juntos, incluyendo a la madre sultana y a la sultana Hatice.

Pasaron un par de horas más y luego Mahidevran se fue junto a sus hijos a los aposentos.

Jugo con ellos, y los hizo dormir. Así se fue al baño junto a Gülsag, para que la ayudara a bañarse.

Pero al entrar se topo con Hürrem, la muchacha también esperaba al sultán. Pues lo invito a la cena, y por eso estaba allí.

Las dos mujeres competían con la mirada y se bañaban de una manera extraña.

Hürrem se bañaba orgullosa, pues en sus extraños pensamientos, ella pasaría con el sultán aquella noche.

Pero sin tan solo supiera que Süleyman no pensaba cenar con ella. El hombre pasaría la noche con la mujer que ama, la mujer que le dúo cuatro hijos, entre ellos, una pequeña niña que le robo el corazón.

Al fin y al cabo, Kösem es hermosa. Bueno, Mahidevran se bañaba sin importancia, pues sabía perfectamente que su amado pasaría la noche con ella y no con Hürrem.

Después de bañarse, llevaron a la sultana a cambiarse, se puso un vestido rosa y empezó a oler las cremas y aceite que tenía frente a ella en una mesilla de noche.

Las esclavas la ayudaban a ponerse accesorios y un poco de maquillaje. Luego la peinaron y salió acompañada de Sümbul Agha y otras odaliscas.

Mientras caminaba escucho los gritos de Hürrem, molesta porque ya era tarde y ella todavía no estaba lista para el sultán.

Sümbul Agha tocó la puerta y enseguida le permitieron el paso, entró y el sultán besó su frente, la llevó junto a él y se sentaron en la cama a platicar un momento, hasta que una voz molesta llegó a oídos de la pareja.

—Déjame entrar, suletame. El sultán me espera. Tengo que verlo.

Sus palabras causaron irritación en el sultán, quien no mostraba interés por ella.

Soltó un suspiro y salió para regañar a Hürrem, pero en cuánto esta lo vio salto sobre el y lo abrazo fuertemente.

Sollozo y dijo que la querían apartar de su lado, y eso le dolería demasiado.

El sultán la alejó con suavidad y le pidió que se fuera, luego iría a verla. Pero esta no cedía, y la tranquilidad del hombre desapareció.

Le grito que se fuera y la dejara en paz, la mujer tembló y fue llevada por Fieial a sus aposentos.

El sultán regreso a los aposentos y se acercó a su amada esposa.

—Ahora, espero que al fin tengamos tranquilidad.

Beso a su esposa y la acostó en la cama.













Holaa, se que el capitulo esta super corto y no tiene mucha conexión ni nada de eso

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Holaa, se que el capitulo esta super corto y no tiene mucha conexión ni nada de eso. Pero ya no me vinieron más ideas a la mente.

El próximo capítulo será más largo y tendrá más datos, en fin eso es todo.

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