16

917 107 39
                                    

Jueves

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jueves

Choso aparcó el auto en el estacionamiento de la Universidad.

—Antes de irme a trabajar, pasaré a tu casa a cambiarte las vendas —avisé enseguida. Asintió a lo que dije.

—¿No te ha faltado dinero? —apagó el carro sin sacar la llave.

—No, no, así está bien —contesté al momento, me bajé tan rápido del vehículo que ni tiempo le dio de poner los seguros.

Sí me faltaba efectivo, mañana tenía que ir a comprar cosas de mi escuela y no pensé que sería tanto material el que me encargaron.

Me quedaría sin dinero en menos de 24 horas, tendría que aguantar el Sábado y parte del Domingo para recibir mi paga. La ventaja era que esos dos días no tenía que venir a la Universidad, solo caminar de la casa a mi trabajo.

Pero bueno, eso era problema mío... no suyo.

Avancé a la entrada y llevé mi mano a mi bolsillo trasero con la intención de sacar mi celular.

—¡Mierda! —no estaba, seguramente se debió haber caído. Regresé por el camino que había tomado desde que bajé del auto.

Antes de llegar, pude visualizar a lo lejos a Choso con Rebecca: ella sostenía una de sus manos y con la otra agarraba su brazo.

Ignoré la sensación en mi estómago, no supe si era mejor ir a preguntar si se cayó mi celular en su auto o regresarme a la Universidad.

Opté por la segunda, ya no necesitaba encontrar mi maldito dispositivo móvil.

Di la vuelta, avanzando unos pasos cortos, cuando escuché mi nombre.

—¡Alice! —era la voz de Choso.

Venía caminando con prisas hacia mí, mientras que mi compañera de clases seguía sin soltarlo.

—Dime —lo miré neutral, intentando pasar por alto a la otra persona.

—Has dejado tu celular en el asiento —ví su mano: eso era lo que agarraban tanto él como ella.

—Le digo que yo te lo puedo llevar —respondió Rebecca, uniéndose a nuestra conversación —Vi cuando venía para acá y me acerqué a saludarlo —explicó de manera breve.

—No hace falta Rebecca —respondió Choso muy amable—. Puedo hacerlo yo.

Se zafó del agarre de ella, luego caminó para quedar al frente mío. Tomó mi mano derecha, dejando el teléfono en la palma.

In The Shadows | Choso [Adapt.] (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora