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La temporada de frío se hacía presente, por lo que comenzaba a usar ropa más abrigada

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La temporada de frío se hacía presente, por lo que comenzaba a usar ropa más abrigada.

El día de ayer no vi a Choso, me había enviado un mensaje que saldría fuera de la ciudad, supongo que me lo dijo para que no le ayudara a cambiar su vendaje.

Salí de casa rumbo a la escuela, por primera vez se me hizo demasiado tarde y tuve que tomar un taxi.

Ese dinero que me gasté en el taxi me iba a pesar lo que restaba de la semana, todo por quedarme dormida.

Llegué corriendo a mi primera clase, las puertas del aula estaban cerradas y me preocupó: solo tenía 2 horas de clase con el mismo profesor.

Toqué varias veces hasta que abrieron.

—Llega tarde, señorita Carter —dijo mi profesor.

—Me quedé dormida y se me hizo tarde —expliqué agitada debido a las prisas.

—Por eso debe poner alarmas —respondió cortante—; aun así, esa no es excusa.

—Le prometo que no volverá a pasar —respondí segura. Era muy cuidadosa cuando se trataba de la Universidad, ya que tenía que mantener mis calificaciones.

—Y no volverá a pasar porque una vez que yo entre al salón, nadie más entra.

—Por favor, es la primera vez que llego tarde a una clase —esto no me podía estar pasando.

—Si le dejo entrar, se verá como una alumna privilegiada —hizo una pausa—. Todos hacen sacrificios para llegar puntual, no es la primera en llegar tarde a una clase mía —continuó hablando—. Y para todos esos alumnos fue la misma situación.

—Pero…

—Lo siento, señorita Carter —contestó con desaprobación—, pero no puede pasar, tiene falta, nos vemos hasta la siguiente clase —el maestro se metió y cerró la puerta, dejándome sola en el pasillo.

Salí cabizbaja hacia la salida de la Universidad.

8:30 de la mañana y mi semana estaba iniciando horrible. Caminé con dirección a mi casa, pero tomé otra ruta para acortar, me iría a pie y tardaría casi 2 horas en llegar.

No pensé en tomar transporte, debía dejar dinero porque necesitaba guardar para mi semana. Apenas me habían pagado ayer y ahora tocaba sobrevivir toda la semana con muy poco dinero.

Caminé y caminé.

Me sentía triste. Nunca había tenido un inconveniente así. Únicamente me dedicaba a cumplir con la Universidad, esto era algo que no quería aceptar.

Lloré de coraje, fue mi culpa quedarme dormida y ahora estaba pagando el precio de ese pequeño error.

Mi celular comenzó a sonar, no vi quién llamaba y solo contesté.

In The Shadows | Choso [Adapt.] (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora