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Al llegar a casa, Choso se bajó del vehículo sin esperarla, Alice no supo que hacer, pues parecía que él no tenía ganas de hablarle.

Pensó en irse a su casa pero vio que Choso no cerró la puerta principal, por lo que dedujo que podía entrar.

Caminó despacio hacia la habitación, aún tenía el sobre en mano sin entender qué pasaba. Escuchó el ruido de la regadera, decidió sentarse en la cama mientras esperaba a que saliese de bañarse.

Miró sus pies por lo que pareció un buen rato, la puerta del baño se abrió permitiendo ver la silueta de Kamo, quién ya se encontraba aseado y con su pantalón de dormir. Se percató de la mirada de Alice, a pesar de eso decidió ignorarla.

—Creí que ya habías abierto el sobre —musitó, aproximándose al clóset—. Con eso que se te da tan bien husmear en lo ajeno.

—No me dijiste que lo abriera —le respondió ella, apretando levemente el papel entre sus manos. La curiosidad que todo el tiempo tenía, era algo que no podía quitarse como hábito.

—Ábrelo.

La chica rompió el sobre de una esquina con el objetivo de sacar el documento que venía adentro. No sabía muy bien lo que tenía que ver, conforme seguía leyendo se dio cuenta que se trataba de una prueba de ETS. En ella se hacía mención a que Choso se encontraba sano y no padecía de alguna enfermedad de transmisión sexual.

_Probablemente, quieras ver el resultado de tus estudios —estiró la mano que sostenía la hoja, pero él negó con la cabeza.

—Ya sé el resultado —llevó una mano a su cabello en señal de molestia—, te voy a decir una cosa —se recargó en la pared, mirando a la chica con cierto enfado—. La primera vez que nos acostamos no le ví problema, sabía que estaba sano y tú también, por obvias razones.

Habían pasado dos semanas a partir de la última vez que tuvieron relaciones sexuales, Choso empezó a creer que el motivo se relacionaba a las ETS, ya que le había dicho a la chica que lo harían solo cuando ella quisiera. Tal vez ella tenía miedo porque no sabía si él era una persona sana en ese aspecto, por ese motivo decidió hacerse los estudios hace más de una semana, así podría brindarle confianza y mostrarle que no había nada que temer.

Por otra parte Alice anhelaba tener intimidad con él, pero había olvidado por completo las palabras que le mencionó Choso cuando fue a recogerla a la cafetería. Ella creía que el motivo por el cuál no la tocaba, ni se le insinuaba, era a causa de su poca experiencia en el sexo, tal vez él estaba cansado de una persona aburrida cómo ella.

La falta de comunicación en ambos ocasionó que los dos tuvieran ideas erróneas de lo que en realidad pasaba.

—He tenido una vida sexual muy activa desde hace más de 10 años, Alice —Kamo continuó hablando, sabía que sus palabras podían llegar a afectarla, pero estaba siendo sincero con el objetivo de aclarar la situación—. No puedo regresar el tiempo y cambiar lo que hice —se separó de la pared para ir a recoger las frazadas que había sacado del closet con anterioridad—. Lo único que puedo decirte es que me cuidé, no soy el sidoso de mierda que tanto piensas.

El semblante de Alice cambió, esa explicación sonaba convincente y no veía una pizca de mentira. Notó que Choso iba saliendo de la habitación, llevando un par de cosas en mano.

—¿A dónde vas? —preguntó con cierto pánico.

—Al sofá, iré a dormir —contestó sin ánimos, la expresión de él denotaba aflicción.

—Pero la cama está aquí y...

—Así déjalo, Alice —llegó a la entrada de la habitación, se detuvo antes de irse—. Buenas noches —salió del cuarto, cerrando la puerta con cuidado.

In The Shadows | Choso [Adapt.] (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora