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Sinceramente

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Sinceramente... el Lunes llegó más rápido de lo que esperaba.

Terminaron mis clases en la hora que se acostumbra, caminé por el pasillo para salir de la Universidad e irme pronto, no di tantos pasos cuando mi rostro impactó contra un casillero.

—¡Uy! Perdón —esa maldita e irritante voz se escuchó detrás de mí.

—¿Cuál es tu puto problema? —volteé a verla. Varios estudiantes detuvieron su andar para ver qué estaba pasando entre ambas.

—Fue un accidente —se excusó con una fingida sonrisa sin importarle la gente a su alrededor—. No te vi.

El dolor en mi nariz no pasó por alto e inevitablemente llevé una mano al tabique, para después darme cuenta que me encontraba sangrando.

—¡Claro que me viste! No te hagas la estúpida —respondí molesta ¡Esto era el colmo!

—Tal vez te ví —comenzó a reirse, haciendo evidente su cinismo—. Tal vez no.

Pasé mi manga por mi nariz, esta acción no evitaba que dejara de sangrar, el percibir como se escurría hasta mi boca era una mala sensación porque sentía el sabor metálico.

Me acerqué unos pasos a ella, todavía seguía viéndome, esperando mi reacción.

—No sabía que te dolía tanto que un hombre no te haya hecho caso —solté una carcajada, actuando igual de estúpida que ella, solo así me prestaba más atención.

—¿Y tú qué sabes? Probablemente ya me acosté con él y eres una maldita cornuda —negué con la cabeza ante tal afirmación.

Choso no era de mi agrado cuando se trataba de mujeres, porque sabía de la costumbre que tenía en coquetear con todas. De lo único que sí podía estar segura es que ella mentía, puedo afirmar que Choso me lo hubiera dicho: ya sea para molestarme o para intentar hacerme sentir mal.

O eso quería creer...

—No tengo por qué desconfiar de él —aseguré, esperando no equivocarme y estar defendiendo lo indefendible—. Así que deja de perder tu tiempo tratando de intervenir en mi relación —en verdad rogaba que el imbécil no se haya metido con ella.

—Te va a terminar dejando —respondió con total afirmación, cualquiera que la escuchara podría llegar a pensar que la "novia" era ella—. Busca un poco de dignidad porque te hará falta cuando él te deje por estúpi... —no permití que terminara de hablar, le callé dando un fuerte puñetazo en su nariz.

Retrocedió al quedar aturdida, mientras tocaba su cara de manera repetida.

—¡Uy! Perdón —exclamé sorprendida. Sin dejar mi burla de lado, tal cuál se burló de mí—. No te vi.

—¡Eres una estúpida, Alice! —comenzó a llorar del dolor gracias al golpe. La sangre en su nariz se hizo presente al poco tiempo.

—Solo déjame en paz Rebecca —contesté normal ya que eso lo decía en serio. Agité mi mano por el dolor de mis nudillos: yo nunca había dado un golpe

In The Shadows | Choso [Adapt.] (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora