In The Shadows | Choso [Adapt.] (LIBRO 1)

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• Narrador Omnisciente •

Kamo despertó pasando de las 11:30 de la mañana, había descansado sumamente bien, así que se levantó para asearse y ponerse ropa limpia. Después de arreglarse, bajó a la cocina, el aroma de la comida llegaba hasta la habitación y por ese motivo se apresuró en bajar.

Al llegar a la planta baja pudo divisar a Alice preparando algo con total concentración. Vió que la chica estaba usando un lindo vestido de flores, color blanco.

—Buenos días —saludó Choso recargándose cerca de donde ella estaba—. ¿Qué haces, linda? —preguntó al ver el recipiente que contenía un líquido amarillento.

—Hola —respondió sin mirarlo—, estoy preparando agua de piña —la joven comenzó a revolver la mezcla vertida con un cucharón—, es más tedioso realizarlo de este modo, pero así se evita que se amargue —explicó brevemente.

Choso asintió a lo que dijo, pero no pasó por desapercibido el tono serio en que la chica le contestó.

—¿Sabes preparar agua de sabor? —cuestionó interesado en lo que hacía.

Alice azotó el cucharón al soltarlo dentro del recipiente, mirando a Kamo con mala cara por dicha pregunta.

—Sí, Choso —musitó de malas—, sé preparar varias cosas, no soy una tonta —recalcó de forma tosca, volviendo a tomar el cucharón y revolviendo otra vez la mezcla.

Prefirió no decirle nada y se alejó de la cocina con el objetivo de ir a su auto y fue en busca de la maleta que tenía en el vehículo, era lo último que quedaba por bajar del maletero.

Kamo ingresó a la casa, dejando la maleta en el suelo, cerca de la entrada. Miró a la cocina para notar que la joven estaba vaciando el contenido en una jarra de cristal, él se quedó pensando durante pocos segundos antes de subir con suma calma a la habitación. Avanzó hacia el pequeño buró de la cama y abrió uno de los cajones, sacando un preservativo de una cajita.

Bajó las escaleras y se detuvo en el umbral de la cocina, mientras desordenaba su cabello que aún seguía húmedo por la ducha que se dió. Vió que Alice se estaba lavando las manos en el fregadero, él observó con atención el lugar completo, tratando de ver que la comida estuviese lista.

—¿Ya terminaste? —prefirió preguntar con el fin de asegurarse de que la jóven no dejaba nada pendiente, así no la interrumpiría.

—Sí, Choso, ya terminé —contestó sin voltear a verlo, a la vez que secaba sus manos con un trapo. El tono grosero seguía presente en cada palabra que salía de su boca.

Kamo caminó a paso decidido, posicionándose detrás de la chica.

—Hasta que te de una buena cogida dejarás de lado esa actitud de mierda —musitó bajo, sujetando con fuerza la cintura de Alice.

—Choso... yo —su voz salió inestable a causa de la repentina llegada, Choso estaba completamente pegado a ella, sin darle oportunidad de moverse.

El mal carácter de la chica se debía a la noche anterior, se encontraba insatisfecha porque sus tontos intentos de masturbación solo le sirvieron para calmarlos por un rato. Desde que despertó, la sensación seguía aumentando, poniéndose de malas y demasiado ansiosa, por esa razón, se había levantado muy temprano, a ocupar su tiempo en otras cosas. Decidió preparar comidas laboriosas, incluyendo el agua de sabor, así se llevaría horas de elaboración y mantendría sus pensamientos ocupados.

—Es por eso —aseguró él, haciendo que la universitaria se diera la vuelta y consiguiendo que quedaran frente a frente—. Ayer te dije que no, porque me sentía muy cansado, bastante —llevó una mano a su brazo, acariciando levemente—, en esas condiciones no te hubiese rendido ni dos minutos, mocosa.