Una perdida nunca es fácil de superar, ¿No es así?
Nishimura Riki sabe eso a la perfección, para muy su mala suerte.
Sin embargo, un lindo chico pelirrosa apareció en su vida en los momentos indicados, quien, junto a aquel rubio de hermosos lunares...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Fue entonces cuando, en tan solo un abrir y cerrar de ojos, Sunoo se encontraba reposando en una camilla luego de hacerle varios análisis y estudios para comprobar su estado. Al fin había llegado el día de su regreso al hospital y en poco menos de 24 horas sería su operación...
-Sunoo, ¿Seguro que te sientes bien?
La pregunta de Sunghoon lo hizo apartar la mirada de aquel punto dónde se había perdido.
- ¿Umh? - Respondió en su lugar, viendo por primera vez a las personas dentro de su habitación, cuyos nombres ya no hacían falta repetir.
- Estás demasiado perdido hijo, ¿Te sientes nervioso? - El mayor se acercó un poco más para tomar su mano, recibiendo un suspiro del Kim menor.
- Es imposible no estarlo... No puedo dejar de pensar en... - Antes de terminar su frase, una tos falsa le interrumpió.
Todos voltearon a ver a Riki, quien había interrumpido, pues sabía que ni él ni nadie querrían escuchar lo que el joven estaba por decir, posiblemente algo negativo.
- Todo saldrá bien, confía en eso, cielo. - Su madre, con dulce voz, se acercó a acariciar su cabello, logrando que el rubio se acercara un poco más, como un gato buscando más mimos.
- Tienen razón... No debería ser tan negativo - Intentó convencerse.
El único que se mantenía en silencio y, sobretodo, muy asustado, era Riki. Él estaba retirado de manera casi exagerada de la multitud, permaneciendo detrás de todos, apenas logrando ver la cabellera de Sunoo por encima del hombro de Sunghoon.
Y esto, obviamente fue notado por el chico sobre la camilla.
- Riki - Le llamó, atrayendo su mirada rápidamente - Acércate...
Le pidió con suavidad, petición que fue entendida por todos. Los adultos se separaron de él y dejaron el camino libre para Riki que se acercaba a pasos lentos y miedosos.
Para cuando estuvo a su lado, Sunoo fue el primero en buscar su mano y entrelazarla con la suya. Podía sentir el miedo reflejado en sus ojos oscuros, así que solo le mostró una sonrisa, intentando calmarlo.
- No estés asustado Riki, todo saldrá bien, tú mismo lo dijiste ¿No soy muy valiente? - Repitió sus palabras con ego, ensanchando su sonrisa solo para poner énfasis.
- Yo lo sé... Eres muy valiente. ~ - Sonrió un poco, y acercó su mano para ordenar los mechones rebeldes de la cabellera rubia.
