Una perdida nunca es fácil de superar, ¿No es así?
Nishimura Riki sabe eso a la perfección, para muy su mala suerte.
Sin embargo, un lindo chico pelirrosa apareció en su vida en los momentos indicados, quien, junto a aquel rubio de hermosos lunares...
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Ni-ki empezaba a arrepentirse de haber ido a ese lugar, ahora que había visto al chico pelirrosa le entró un fuerte nerviosismo que sabía que no podía controlar, apesar de que el mismo chico fue quien lo citó a ese lugar él seguía sintiéndose como alguien que no debería estar allí, esto sin mencionar lo mucho que estaba recordando a su hermano en este instante, todo parecía estar en su contra, tenía que irse ya.
Pero antes de poder avanzar siquiera un paso, una pequeña mano rodeó su muñeca y lo hizo detener, en ese instante se odió a si mismo por recordar hasta la manera en la que se sentía su tacto sobre su brazo. Era él, era obvio.
- ¿Señor Chulseo?
Aunque lucía obvio que lo había reconocido, estaba usando el nombre falso que le había dado al chico que parecía ser su amigo. Aclaró su garganta y se cubrió más con el gorro del suéter antes de safarse de su agarre, aún sin voltearlo a ver.
- Soy yo ¿Qué necesita?
Intentó meterse en el papel de un señor que tuviera ese mismo nombre, pero solo se ganó una suave y melódica risa por parte del chico que golpeó su brazo.
- Oh vamos, conmigo no tienes que fingir Riki. ~
Su piel se erizó al escuchar su nombre provenir de sus labios, sentía que se escuchaba más lindo cuando lo decía él con ese tono juguetón, seguramente común de él.
- ¿Cómo puede reconocerme? Nadie lo hizo aún.
Habló mirando de manera discreta a su alrededor para comprobar que nadie estuviera escuchando la conversación ajena para después contarle a su amigo que estuvo allí el mismisimo Nishimura Riki y entonces sería un problema.
- Ya te lo dije, soy tu fan, un fan debe reconocer a su adoración ¿No es así?
Su tono de voz seguía siendo tan animado y entonces Ni-ki se animó a mirarle, encontrandose con una gran y linda sonrisa brillante que le daba la bienvenida, inevitable también sonrió, tan ligeramente que fue cubierta por el cubrebocas que llevaba.
- ¿Por qué sería mi fan? - Se animó a preguntar está vez, si lo había citado en ese lugar era porque quería hablar al respecto ¿No es así?
- ¿Podemos ir a otro lado a hablar? - Le respondió con otra pregunta y le llevó a fruncir el ceño ligeramente enfadado al no recibir una respuesta directamente.
- ¿No tiene clases? - Y entonces quiso aplicar la misma que él, regresando con otra pregunta.
- ¿Eso importa? - Puchereo.
- Digame ¿Eso no importa? - Riki lo retó dejando a Sunoo en silencio por unos segundos antes de negar decidido y lanzarse a él para agarrar su muñeca.
