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"Fanbase"

Luego de la reconfortante hora de mimos y besos, al fin había conseguido animar a Riki lo suficiente como para poder levantarlo de la cama y que se fuera a duchar, saliendo minutos después ya vestido y con el cabello aún goteando

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Luego de la reconfortante hora de mimos y besos, al fin había conseguido animar a Riki lo suficiente como para poder levantarlo de la cama y que se fuera a duchar, saliendo minutos después ya vestido y con el cabello aún goteando.

Sunoo palmeó la orilla de la cama mientras sostenía una toalla mucho más pequeña en sus manos, el menor entendió al instante y fue a tomar asiento en donde se le indicó, sintiendo después como el mayor pasaba la toalla sobre su mojado pelo y lo secaba de manera delicada pero precisa.

Se sentía como si fuera un masaje en su cabeza, tan relajante que sintió nuevamente el sueño apoderarse de su ser, pero no, no caería de nuevo, en su lugar solo mostró una sonrisa de completa satisfacción, no podría pedir más.

- Quedó listo ~ - Comentó Sunoo cuando terminó de secar y de peinarle con sus propios dedos, dándole un estilo casual a su cabellera que siempre solía estar despeinada y cubriendo sus ojos, ahora pequeños risos caían a la altura de sus cejas y dejaban libre un espacio al centro de su frente.

- ¿No te parece que me veo extraño así? - Comentó mientras se miraba en el espejo, notando la expresión de indignación que le hacía Sunoo detrás de él.

- ¿Dices que no te gustó como te peine? - Frunció su ceño.

Y al instante Riki se acercó a él para dejar un pequeño beso en la frente de Sunoo, sintiéndose ahora con la libertad de hacerlo.

- Me refiero a que quedó muy lindo para ser verdad. - Sonrió, dejando a Sunoo embobado con su acción.

Y solamente entre pequeñas risas salió de la habitación, dejando ahora a un muy colorado Sunoo.

- ¡Espérame idiota!

Chilló poco después y salió corriendo detrás del japonés para poder desayunar algo antes de irse.

୨ Poco tiempo después ୧

Consiguieron salir de la casa una hora después y fueron caminando juntos hacia la cafetería, pues igual quedaba cerca de la zona. Al llegar fueron recibidos por un sonriente Sunghoon que se alegró de tener a sus dos ayudantes, pues la cafetería se encontraba extrañamente repleta de gente, ni siquiera era día festivo o algo similar.


Sunoo y Ni-ki se miraron mutuamente, compartiendo el pensamiento de que sería un día largo, por lo que ambos se apuraron a pasar entre la multitud para poder llegar tras la barra y entrar al instante a la bodega para ponerse los uniformes.

Sonrisas Y Lágrimas | Sunki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora