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"Soledad."

El medicamento pareció ser algo mágico para que Riki pudiera mejorar aquel resfriado, aunque aún seguía presente aquella fiebre mínima y escalofríos, pero para él venía siendo un gran avance no necesitar de estar recostado para no sentirse morir

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El medicamento pareció ser algo mágico para que Riki pudiera mejorar aquel resfriado, aunque aún seguía presente aquella fiebre mínima y escalofríos, pero para él venía siendo un gran avance no necesitar de estar recostado para no sentirse morir.

Y ahora se arrepentía rotundamente de haber estado bajo la lluvia aquella noche y haber caído enfermo, pues eso le había llevado a faltar al trabajo donde le explotaban y obviamente no se la dejaron pasar cuando fue ese día por la mañana.

El mismo jefe lo encaró y le dijo si incluso tenía el descaro de presentarse al día siguiente luego de haber faltado a una jornada donde ni aunque mueras se justificaría una falta. Riki no pudo hablar, no le podía responder que realmente se estaba muriendo de lo grave que había sido el resfriado, solamente... Se dejó regañar. Tal vez tenía razón y el error fue suyo...

Luego de haber despertado con un alivio mayor al del día anterior, Riki se encontraba listo para asistir a su empleo, porque apesar de todo esa era su única fuente de ingresos y era obvio que no podía vivir de a gratis en ese lugar, por más descui...

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Luego de haber despertado con un alivio mayor al del día anterior, Riki se encontraba listo para asistir a su empleo, porque apesar de todo esa era su única fuente de ingresos y era obvio que no podía vivir de a gratis en ese lugar, por más descuidado que estuviera.

Entonces, al igual que todas las mañanas, caminó por las calles vacías de una ciudad a plenas 3:00 AM, su lugar de trabajo quedaba lejos pero tampoco podía darse el lujo de tomar algún tipo de transporte, por lo cual salía desde muy temprano para alcanzar a llegar a tiempo luego de casi una hora de su camino.

Y nuevamente, llegó justo a las cuatro de la mañana y entró con lentitud a la fábrica donde nunca era esperado. Estar si quiera frente a la puerta le causaba fuertes temblores del miedo que tenía por poner un pie dentro.

¿Qué le esperaría hoy? ¿Lo golpearían? ¿Le tirarían el café encima? ¿Lo iban a jalonear? ¿O le aventarían su trabajo encima diciéndole lo inútil que había sido? Riki se sintió preparado para cualquiera de ellas.

Pero nunca pensó lo que realmente sucedería.

Una vez estuvo por llegar a su puesto, un hombre alto se colocó enfrente a él y le detuvo con un impacto contra su fuerte pecho para el chico descuidado y al instante se disculpó con una gran reverencia donde sintió tocar el suelo con su cabeza.

Sonrisas Y Lágrimas | Sunki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora