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"VIP"

Cuando la madre de Sunoo regresó a la sala sus ojos se tornaron llorosos, evitando llorar frente a los adolescentes que miraban expectantes a su testimonio sobre el estado de Sunoo

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Cuando la madre de Sunoo regresó a la sala sus ojos se tornaron llorosos, evitando llorar frente a los adolescentes que miraban expectantes a su testimonio sobre el estado de Sunoo. Aquello que solo les hizo entender que en verdad estaba más mal de lo que imaginaban.

Y Riki no lo supo hasta que lo vió con sus propios ojos, fue el último en entrar a la habitación por propia decisión de él, ya que aún no se consideraba listo para presenciar a un Sunoo en camilla.

Con su corazón latiendo de manera lenta y tan fuerte que sentía cada retumbar contra su pecho y con sus manos temblorosas logró deslizar la puerta de aquella habitación VIP en la que el joven reposaba. Supo que se trataba de una exclusiva al ver el tamaño de esta, y que incluso tenía una TV enfrente. Era igual a aquella que Hyunjin utilizó cuando se enfermó de influenza.

A pasos lentos fue avanzando, obteniendo la primera imagen del joven que reposaba sobre aquella camilla. Con varias máquinas conectadas a su cuerpo que le parecía increíble la simple posibilidad de que aquello en verdad existiera.

Avanzó un poco más, sintiendo su corazón dentro de su garganta, por la manera en la que se sentía ahogado entre sus sentimientos, por lo asfixiado que se sentía al ver el pálido rostro de su amado con sus ojos cerrados y sus grandes pestañas reposando sobre sus pómulos descoloridos.

Ya no habían más de aquellas mejillas rosas o aquella nariz roja por el frío, ni de aquellos labios colorados y brillantes, ahora solo quedaban marcas blancas y resecas.

La piel de su rostro jugaba una competencia contra las sábanas que le cubrían hasta los hombros, para ver cuál de las dos tenía el tono más blanco. Se sorprendió demasiado al verlo así de pálido, si normalmente su tez era así, ahora se veía mucho peor.

Además, no lo había notado antes, pero el tinte rosa había terminado por caerse, dejando su cabello del tono amarillento como el que habría utilizado en la decoración antes de teñirlo. Aquel amarillo pollo que también lucía apagado y por dónde se asomaban las raíces de su pelo natrual.

Viéndose aún mas desaliñado. Y solo habían pasado cerca de diez horas...

- Oh Sunoo... ¿Qué te hice? - El pelinegro soltó de manera rota, sosteniendo sus lágrimas como si tuviera miedo a soltarlas frente a él.

Sus ojos estaban brillosos por las lágrimas que contenía mientras apretaba con fuerza el borde de las sábanas que cubrían al chico, intentando solamente encontrar el valor de hablarle, de al menos poder pronunciar unas palabras más, antes de que los cinco minutos pasaran y que tuviera que volver a la sala de espera en donde no sabría nada de él.

Sonrisas Y Lágrimas | Sunki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora