Segundo

1.4K 184 6
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


"La charla"


Andy odiaba los remedios.
Cuando tenía 8, Draco y ella estaban jugando a Quidditch en el jardín trasero de la Mansión. Eran risas hasta que la quaffle le dió a Andy en la espalda, y por consiguiente cayó de su escoba.

Narcissa Malfoy, su madre, era una bruja excepcional. Siempre cuidó de sus hijos y era capaz de cualquier cosa por ello. Lamentablemente las pociones no se le daban bien.

Así que al ver el estado del brazo de su hija, no dudó en llamar a su elfo doméstico, Dobby, para encomendarle ir a la casa de Severus Snape y que él mismo le preparase el remedio para su hija.
Snape, se sobresaltó al ver al empleado de los Malfoy en su recibidor, pero no dudó en ponerse manos a la obra al recibir la noticia de la hija de los Malfoy, Hebe.

Lo cierto era que Snape era el único en llamar a Meda por su segundo nombre, le tenía un gran aprecio a la albina.

Cuando Andy tomó la poción sintió como todas sus tripas se estrujían por el sabor metálico mezclado con acidez.

Así que ahora, al ver como un niño rubio le intentaba dar en una cuchara un trozo de algo extraño, no dudó en darle un zape con el brazo.

—¡Ey! No desperdicies la ambrosía.—. La reprimió con una mueca desaprobatoria.—Esto te hará bien.

Andy, aunque con un poco de duda, tragó lo que el niño rubio había puesto de nuevo en la cuchara.
Pensó que se iba a encontrar con un sabor parecido al que el tío Snape había preparado aquella vez, pero se asombró al encontrarse con un sabor espléndido.
Se parecía mucho al postre de su tía Andrómeda. No. Ahora tomaba sabor de los pastelitos de limón que hacían en su casa. No. Definitivamente sabía a ese chocolate muggle que compró su tío Ted para ella y Draco.

Es increíble, pero aquella cosa sabía a todo lo que más le gustaba.

—¿Está bueno eh?.—. Comentó su enfermero con una deslumbrante sonrisa. Le pareció chistosa la forma en la que la cara de la chica tomaba al presenciar por primera vez los efectos de la comida de los dioses.

Pero se encontró dejando su sonrisa al ver como aquella niña albina cambiaba su expresión por una de tristeza.

Lo cierto, es que Andy extrañaba su hogar más que nada. No sabía dónde estaba. Ni quienes eran ellos. Le dijieron que eran medio dioses, ¿era cierto? La verdad es que en este momento solo quería volver a casa y abrazar a su familia cuanto pudiera. ¿La estarían buscando?, ¿Papá estaría castigando a Draco?

Tantas dudas solo hicieron que quisiera volver a dormir para poder seguir pensado, al menos, en su casa.

Tantas dudas solo hicieron que quisiera volver a dormir para poder seguir pensado, al menos, en su casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝗥𝗘𝗧𝗨𝗥𝗡 | 𝗔𝗡𝗗𝗥𝗢𝗠𝗘𝗗𝗔 𝗠.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora