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Tengo sueños raros y me hago un amigo ateniense.'
ANDRÓMEDA no sabía de dónde sacó la valentía para guiñarle un ojo a Percy Jackson. Luego de hacerlo caminó lentamente y al estar más distanciada corrió a su cabaña con una sonrisa de oreja a oreja.
Se preguntó mentalmente qué debería llevar a una misión. Quizás Annabeth supiese algo. Se sorprendió al verla justo en la puerta de su cabaña cuando ella estaba por salir.
— ¡Por Merlín, Annabeth!—. Dijo gritando de sorpresa. — Me diste un susto de muerte.
Annabeth sonrió con las mejillas sonrosadas. La sonrisa de la chica era muy atrapante.
—Lo siento Andy. — Dijo luego de un momento. —.Quise venir a ver- ayudarte...a empacar. —. Dijo rápidamente.
Andrómeda levantó una ceja pero no le dió importancia. La rubia solía ser algo así estando con ella. Como si estuviese...nerviosa.
—No te preocupes. — Dijo restándole importancia. —. De hecho...si necesito ayuda. Tu ayuda.
Annabeth asintió rápidamente y se pusieron manos a la obra.
Empacaron dos mudas de ropa. Elementos de higiene, dracmas, algunos confites y muchas pero muchas gomitas de sabor limón. A Andrómeda le recordaban a las que tenía Dumbledore cuándo iba a visitarlo.
El recuerdo mismo hizo que suspirara. ¿Cómo estaría Hogwarts hoy?
— ¿Qué ocurre Andrómeda? —. Inquirió la hija de Atenea.
Andrómeda la miró un poco dubitativa. Luego negó con la cabeza y sonrió despreocupadamente.
— Nada. Creo que simplemente extraño mucho mi hogar.
Annabeth la miró como si la entendiese.
— No te preocupes. Estoy segura de que tu familia entenderá todo y pronto volverás a estar con ellos.
Andrómeda miró hacia otro lado dejando escapar una lágrima traicionera. No quería que Annabeth la viese.
— Gracias Annabeth. —. Dijo sincera. — Espero volver pronto.
Annabeth se acercó y la abrazó. Dejando en evidencia que la albina era unos centímetros más alta.
La voz chillona de Silena las sacó de su trance.
— ¡Por mi madre, Andrómeda! —. Dijo entrando hecha una furia. — ¿Cómo se te ocurre irte sin protector solar? ¿¡Sabés el daño que causa a tu piel una mala protección contra los rayos U.V?!
Andrómeda compartió una mirada con Annabeth. La rubia la miró sonriente.
