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"Solo quiero que Jooyeon deje de molestarme" Eso es lo que pidió el pequeño de cabellera esponjosa y revoltosa. Con sus ojitos de zorro brillando como cristales y un puchero apenado formado en sus labios. Gritando por todos lados lo mucho que necesita ser protegido.

Hwang Hyunjin definitivamente no dejará pasar esto, con su corazón sediento un fuego intratable, la única forma de apagarlo es utilizar sus propios medios, osea, encarar a aquel maldito que osó tocar a su único amor.

Jeongin al poco tiempo se arrepintió, no lo había pensando bien, estaba tan agusto junto a Hwang y su protección que deseó inconscientemente que le proteja también en la escuela. Es grande y fuerte, nada comparado con él, hacerlo caer es algo que no sucederá. Aún así, fue egoísta. Su noviazgo no es más que una farsa, su amabilidad con él es debido a todas las mentiras soltadas.

En toda la noche no ha dejado de pensar en la situación con miedo y al día siguiente no fue mejor.

Al llegar a la escuela, mientras el profesor daba su clase, su mente estaba perdida en sus preocupaciones.


«¿Será capaz de hacerle algo a Jooyeon?

¿Y si se enteran los profesores? ¿Irá a detención? ¿Lo expulsaran?

¡Podría arruinar su futuro!

Tengo que hablarle hoy»



Teme que Hyunjin haga una locura por él.

—Jeongin, tu tarea —la voz de Jisung lo sacó de sus pensamientos de manera abrupta.

—¿Ah? Si, si —asiente de inmediato y empieza a rebuscar en su bolso, sacando libros y cuadernos, incluyendo su diario dejándolo en el escritorio al no encontrar la hoja.

—¿Qué haces? Debe estar en tu carpeta —sonó preocupado.

—Oh... Si —asiente al darse cuenta de que fue un total estúpido. Sacó la carpeta y de ahí, el trabajo. —Lo siento.

—No lo sientas, solo descansa si estas cansado —fue lo único que dijo antes de seguir recogiendo los trabajos.

Jeongin soltó un suspiro cansador mientras empieza a guardar algunos de sus libros.

—¿Joven Yang? —de pronto una coordinadora se apareció en la puerta llamando a su nombre.

—¿Si? Soy yo.

—Se le solicita en dirección, por favor.

Ya sabe la razón, debe ser sobre su beca. Se levantó y la siguió.

Felix lo mira irse desde su asiento para pasar su vista en el puesto vacío del menor con sus cosas aún encima de la mesa.

Al menos unos veinte minutos después, Yang no ha regresado y el timbre sonó. Tienen un descanso de diez minutos antes de que inicie la próxima clase. Lee se levantó y se dirigió al asiento del castaño, revisando sin permiso. Su plan era buscar su tarea de matemáticas. Encima de su escritorio se haya un libro para nada interesante de Historia y lo echó a un lado, para ver debajo de éste un lindo cuaderno azul con nubes muy tiernas, al estilo de Yang.

Mi Novio es el Matón de la Escuela - HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora