Capítulo trece: opiniones que dar y nada que hacer

118 14 8
                                    

Después de un rato más de grabar vídeos, debatir y reír

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de un rato más de grabar vídeos, debatir y reír. Llega el momento de volver a nuestros hogares.

—Nos vemos mañana. —El chico remolacha agita su mano desde un auto rojo brillante.

—Lo mismo digo. —Le devuelvo, moviendo mi mano con el mismo entusiasmo.

—¿Te vas? —Raven aparece en mi campo de visión.

—Creo que sí, ¿por qué?

—No, por nada. Solo tenía el resto de la tarde libre.

—Yo igual —agrego—. Lo planeaba pasar con Lizy. —Estos días no podré disfrutar mucho de la compañía de mi estrellita, ya que, en cuanto empecemos a rodar, todo mi tiempo se irá en las grabaciones.

Raven asiente, está... ¿triste?

«Alguien como que también quería de tu compañía»

Todos quieren mi compañía, soy increíble.

«Esa autoestima»

»Si quieres, puedes venir con nosotros. Querías pasar tiempo con ella ¿no? —agrego. Automáticamente, ella sonríe.

—Sería muy divertido —contesta, caminado detrás de mí.

Saludo con un gesto a nuestros guardaespaldas y le abro la puerta a Raven, ella sonríe.

»Gracias, caballero.

Le doy la vuelta al auto y lo pongo en marcha.

—Tengo que ir a buscarla —comento, a mitad de ruta.

Llego a su escuela. Lizy apenas y ve mi camioneta, sale corriendo hacia ella. Salgo del auto, esperándola con los brazos abiertos.

—¡Papi! —La alzo, ella envuelve mi cintura con sus piernas. A lo lejos su maestra me saluda, pendiente de que la niña no se vaya con un extraño.

—¿Cómo te fue en tu reincorporación? —cuestiono, dejando un beso sonoro en su frente.

—¿Qué es eso? ¿Reicoracion? —pregunta, con el ceño fruncido, río.

—Reincorporación —la corrijo—. Es, más o menos cuando vuelves a ir, o hacer algo que ya estabas haciendo antes. —No sé si entendió mi explicación, o no. Creo que la segunda.

—Bien, entró una niña nueva, ahora somos amigas. —La vuelvo a dejar sobre sus pies.

—¿Cómo se llama? —le pregunto. Tomo su mochila y camino a la camioneta, con mi mano tomando la de ella.

—Siul, es un nombre bonito, ¿verdad?

—Muy bonito.

Llegamos al auto, Lizy abre la puerta de copiloto, no me pierdo su cara de sorpresa al ver quién está ahí.

Un Beso Bajo Las Cámaras (BAEM #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora