Encandilado ante aquel viril fulgor que aquella mujer cortejaba en el, al hacerle sentir lo bienaventurados que eran sus ojos al tener la dicha y gracia de poder admirarla bajo la incandescencia de la luna, se obsesionaba constantemente en arremeter...
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En cuando terminaste tu informe sonó el Biwa nuevamente, caíste de lo más alto posible hasta por fin aterrizar en una plataforma más, justamente coincidiendo con la plataforma en la que Zohakuten estaba, este despresiado por el sonido miro a la causante, por sorpresa siendo tu. Seguía sentado de piernas cruzadas y con la gabela fruncida, te miro por unos segundos asegurándose de que tu estuvieras bien, ya que a muy pocas lunas eran las solían salir ilesas de las charlas con Kibutsuji, viendo que esto era afirmativo, solo se limitó a continuar con sus palabras.
-¿Que te comento el amo Muzan?- Giro su torso mirándote un poco más hacia arriba.
Antes de contestar decidiste acomodarte mejor tus ropas que fueron desaliñadas por el fervor de la caída. Pero en cuando lo ibas a hacer sentiste otra mirada por encima tuyo, no era la de Nakime, ni mucho menos de Zohakuten, miraste un poco curiosa los alrededores, decidiendo que no sería el mejor momento para acomodarte, ya que lo que sea que te estaba viendo te empezó a incomodar, poduas sentir la mirada punzante que te fijaba.
- Agradeció la información y no tendrá misiones para nosotros en un buen tiempo- Sonreiste de oreja a oreja, mirandolo a el, feliz de su recompensa- Solo quiere que hagamos lo habitual, cubrir territorios.
- ¿Te parece si vamos juntos devuelta hasta el pueblo?- Espeto, con esperanzas de que aceptes la oferta.
Curiosa Nakime escuchaba la conversación que ambas lunas tenían, aunque digamos nunca en la fortaleza pasaba algo que escuchar, solo todo se veía sumergido en silencio. Y indecisa no sabía si avisar de la presencia de otra luna, diferente a la reciente.
- Me encantaría, y de igual tambie‐ Cortadas se vieron tus palabras al ser interrumpidas por una voz más fuerte.
-¡Que grata alegría encontrar a las dos lunas del puesto cuatro!- Con mucha euforia hablo una voz la cual ambos se le hacía conocida- ¡Esto no pasa desde hace mucho!¿También me invitarán a su salida?
Curiosos ambos de golpe vieron al causante del sonido, estando a varias plataformas de distancia salió de la oscuridad, y chocando con la luz naranjiza un hombre alto, que resaltaba por el color dorado pálido de su cabello, se dejaba revelar.
-¿Douma-dono?- Curiosa lo miraste con aquellos ojos hermoso que tenías.
-¡____- Chan!- Viste como de su aura salieron estrellitas, al ver que notaste su presencia.
-"Ay, Dios mío, aleja a este de mi"- Indiferente levemente te mostrabas al tener cerca a la creciente poseyente de segundo puesto.
De todas las lunas que no deseabas encontrar en estos momentos, una de ellas era Douma.
Pero para ti eso no era escusa para realmente ser indiferente con el, si bien sus interacciones no eran las más cómodas para ti, preferidas mantener la calma, y aún más tranquila estabas de saber que tu amado estaba contigo.
