Encandilado ante aquel viril fulgor que aquella mujer cortejaba en el, al hacerle sentir lo bienaventurados que eran sus ojos al tener la dicha y gracia de poder admirarla bajo la incandescencia de la luna, se obsesionaba constantemente en arremeter...
Gente, me quedo demasiado largo el cap, así que disfruten.
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No podías creer lo que estabas haciendo, pero definitivamente, tu sabías que ambos lo querían con una intensidad, pero la vergüenza de dar ese paso era aún más fuerte.
Estabas de espaldas a la puerta principal, aún con tu posición de piernas abrazadas, sabias que su presencia rondaba por los alrededores del hogar, y aunque no lo parezca, el si tenía la decencia de ingresar por la puerta. Tu cuerpo sudaba frío con unos leves escalofríos de por medio, la imponente presencia que tenía nunca te dejaba en paz, te perseguía y hacia que caigas rendida ante el, un añadido a tus nervios seria el hecho de tus pensamientos recientes. Dejaste de rodear tus piernas con tus brazos, giraste tu torso, observando la puerta que aún permanecía cerrada, tal parecía que Zoha buscaba jugarte la misma carta que tu jugaste en el pasado, siendo su presencia el equivalente a tu fragancia.
No sé movia de en donde estaba, no podías escuchar su caminata pesada y la percepción que tenias de su presencia te lo confirmaba, se quedó ahí varado frente a la entrada, como si supiera que en esa dirección estaba mirando su amada. Suspiraste con un leve escalofrío pensando en que hacer apenas el ingrese, tus pensamientos recientes no ayudaban a alivianar tus nervios ni aclarar tus ideas, no podrías verlo así como siempre, sabiendo lo que ibas a hacer y mucho menos, teniendo la certeza de que tampoco le desagradaria a el lo que pasaría.
Y así un sumativo a tu fortuna que crecía a cada día, apareció, Zohakuten tocó el manivela de la puerta girandola, y antes de que su silueta se viera, incluso antes de que simplemente abriera la puerta, te esfumarse del lugar con el rostro color rosa, subiste lo más rápido que pudiste hasta la habitación de arriba, siendo un poco torpe en el camino, tropezando con el primer escalón y el último, un efecto de las mariposas que volaban en tu estómago. Al llegar a la habitación, te ubicaste lo más lejos de la puerta, siendo el sitio el costado derecho de la cama que daba salida a un balcón, te sentaste en el piso intentando calmarte.
-¿____?- Hablo en voz alta Zoha- Estás por aquí ¿Cierto?
Para tu mala suerte, eso lo dijo desde abajo en el inicio de la escalera. Subiéndose de vuelta los nervios.
-¡Ek!- S‐si, Zohaa- Te maldecias internamente por tus ocurrencias a estas horas.
Escuchabas su caminata lenta, hacia rechinar un que otro escalón de la casa de madera, ayudándote a dar con su ubicación, demostrando la paciencia o pereza que tenía por subir las escaleras, cosa que parecía ser serena pero a ti te atormentaba. Te atormentaban todas las posibilidades y todas las cosas que podían pasar al hacerle oler el afrodisíacoque era tu fragancia, pero eso nunca te detuvo, nunca te hizo cambiar, simplemente miraste de forma fija la luna esperando su llegada.
-¿Que haces en el suelo?- Se presentó dirigiendo sus primeras palabras.
Tragaste duro, para a continuación hablar con el tono más normal que podías.
