Star Se Fue Y La Paz Reinó Otra Vez.

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El vestido reposa en mi lustre cama luciendo realmente impecable, acaba de ser planchado con mucha dedicación por Sir Lavabo, se aprecia que es pomposo pero bastante simple para mo gusto, de un azul oscuro que aunque no me luciera el azul para nada, tal vez porque no era para mi desde un principio, no negaba lo alucinante que se veia, con un lazo de estrellas y corazones en un patrón bordados en ella para aparentar un delicado cinturón, me hace recordar el conocimiento que tiene mamá para este tipo de cosas.

Dejé el vestido como vino a mi cuarto, lo veo con miedo desde lejos, hay un sentimiento que no me da buenos augurios con respecto a este día, aunque no tenga que ver el vestido, siento que tengo que mandarle mis temores a algun objeto.

Mi hermana recibirá la varita familiar por cumplir 14 años este día, con ella el libro de hechizos por herencia.

Y con ella, ganando la corona.

Realmente no comprendo, amo a Star, pero no tiene nada de actitud para reinar de manera seria algo tan delicado como lo es este reino, o mantener siquiera esta jerarquía tan compleja.

No digo que yo debería ser la reina, me criaron con el estricto conocimiento de que ese no es mi lugar.

Mi lugar, es este cuarto, mi prisión de perpetua política para ser una consejera, una mano derecha de por vida, o obtener algún puesto consorte si me llegara a casar, lo cual lo veo poco probable, siendo el encierro en este castillo mi único camino visible.

Aunque Star tampoco me quiere aquí realmente.

No dudaría que su primera orden real, cuando el reino la reconozca como reina, al igual que algunas reinas antepasadas, al igual que mi propia madre, fuera destituirme de mi título de princesa para consecuente, mi inminente  ida del castillo a algún terreno desolado y volver para las fiestas.

La puerta es tocada tres veces, Sun solo la mira un momento antes de sacudir la inexistente suciedad de su pomposo vestido color verde oscuro, se acomoda su corona y se sienta un poco más recta en su sillón de lectura, cerrando su diario y dejando la pluma de escritura dentro, exclama un "adelante" y su madre hace presencia, su porte elegante se relaja al ver a su hija, luego mira el vestido que está tendido, aún, sobre la cama, y sonríe con cierta calidez maternal a la adolecente de 13 años.

Moon:_El pase de la varita es en media hora, ¿No te pondrás el vestido?_

Sun:_No es mio madre, no es correcto, además, el azul no es mi color, pero debo expresar que es precioso._

Sunrise. (SVTFOE) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora