Steve tomó el rostro amado entre sus manos y atrapó la boca de Tony sin miramientos. Habían sido demasiados meses de abstinencia y sufrimiento solitario. Ahora que por fin lo tenía otra vez entre sus brazos no pensaba contenerse.
Sus labios devoraron la dulce cavidad con voracidad contenida apenas por el deseo de no lastimarlo. Gruñó roncamente cuando la lengua inquieta de Tony acudió al encuentro de la suya, tibia y húmeda, enredándose en una ancestral batalla por dominio que ninguno deseaba realmente ganar.
Las manos de Steve pronto abandonaron el rostro de porcelana para enredarse en la sedosa cabellera castaña, sujetándolo posesivo mientras saqueaba intensamente su boca hasta quitarle la respiración. Lo ancló contra su cuerpo hercúleo casi fundiéndolo sobre sí, mientras su lobo interior aullaba extasiado de felicidad.
—Tan hermoso... —jadeó entrecortadamente sobre los labios hinchados por besos antes de descender por la perfecta mandíbula laxa en sumisión exquisita—. No tienes idea de cuánto te he echado de menos, mi omega...
Cada porción de piel al descubierto fue agraciada con besos cargados de devoción y ansia tibia. Cuando alcanzó la curva delicada entre hombro y cuello, justo sobre la glándula omega, Steve gruñó guturalmente anclando los dientes sobre la carne tierna.
El alarido ronco de Tony fue todo incentivo requerido para perder el escaso control aún mantenido. En un solo movimiento fluido lo levantó en vilo y arrojó contra la cama antes de trepar sobre él aprisionándolo con su cuerpo.
Besos y mordiscos abrasaron el cuerpo menudo bajo el suyo, marcando de nuevo territorio extraviado. Las ropas estorbaban pero Steve no quería interrumpir la exploración deliciosa para resolver el inconveniente.
Con impaciencia desgarró la estorbosa camiseta, dejando el pecho lampiño de Tony finalmente expuesto para sus atenciones. Cuando atrapó uno de los pezones erectos succionando hasta casi hacerle daño, sonrió lobunamente al escuchar el grito extasiado del hombre retorciéndose bajo suyo.
—Así me gusta, cariño...déjame oírte —ronroneó contra la piel escandalosamente caliente de Tony—. Sabes que adoro esos dulces sonidos obscenos que sueltas cuando tocó justo la nota correcta...
Tony jadeaba errático, abrumado por la intensidad devastadora de Steve reconquistando avasallador cada pulgada de su cuerpo. Habían pasado demasiados meses fantaseando a solas con ese reencuentro como para resistirse ahora a entregarse pleno.
Con manos ansiosas desabotonó la camisa del Capitán, sollozando frustrado cuando los malditos botones minúsculos se resistían a cooperar. Harto, terminó rasgando de un tirón la tela rebelde hasta abrirla por completo.
Steve sí que sabía cómo encenderlo: enseguida esos músculos gloriosos quedaron a la vista, tensos y palpitantes bajo el velo de sudor. La boca de Tony se hizo agua con necesidad imperiosa de catar el torso cincelado. Cuando al fin pudo saborear la piel ligeramente salada, el gemido ronco de puro placer alfa fue suficiente para casi hacerlo acabar.
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Cuando los heroes se quiebran; Stony
FanfictionIncluso los más grandes héroes tienen puntos débiles. Luego de los sucesos que fracturaron a los Vengadores, Steve y Tony se ven obligados a lidiar con las consecuencias sobre su propia relación. La cercanía de antaño se ve reemplazada por secretos...