twenty -one

127 16 0
                                    

Tony permaneció arrodillado en la infinita oscuridad, desgarrado por el dolor de haber tenido a Steve ante sus ojos por unos breves segundos, sólo para verlo desvanecerse como un espejismo, tan cerca y a la vez inalcanzable

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tony permaneció arrodillado en la infinita oscuridad, desgarrado por el dolor de haber tenido a Steve ante sus ojos por unos breves segundos, sólo para verlo desvanecerse como un espejismo, tan cerca y a la vez inalcanzable.

¿Era éste su castigo eterno por los errores cometidos en vida? ¿Vagar en solitario entre las sombras, perseguido por los ecos de aquello que más amó y perdió para siempre?

De pronto, una potente luz surgió frente a él, obligándolo a entrecerrar los ojos. La silueta de un hombre mayor emergió, acercándose con pasos firmes. Tony sintió que el aliento se le congelaba en la garganta al reconocer esos ojos penetrantes idénticos a los suyos.

-Howard...-murmuró con voz apenas audible.

Su padre asintió severamente, mirándolo de arriba a abajo con su acostumbrada expresión crítica. Tony sintió que se encogía interiormente como cuando era niño, intimidado por esa figura imponente cuya aprobación anhelaba pero jamás conseguía.

-¿Así que este es el final del gran Anthony Stark? -preguntó Howard con sarcasmo-. Muriendo como un mártir trágico para salvar al mundo. Muy propio de ti, siempre queriendo acaparar la atención dramática.

Tony desvió la mirada, avergonzado. Aún después de tantos años, las duras palabras de su padre tenían el poder de hacerlo sentir como un completo fracaso.

-No había otra salida...Thanos iba a matarnos a todos...alguien debía detenerlo -murmuró débilmente.

Howard negó con la cabeza. -Esa no es excusa para rendirte tan fácil, hijo. El Tony que yo conocí nunca se daba por vencido ante la adversidad. Seguía luchando hasta el final, encontrando la manera de doblegar las probabilidades. Pero veo que me equivoqué contigo...

Tony sintió que la ira crecía en su pecho. ¿Quién se creía que era Howard para juzgarlo después de una vida de indiferencia? Él no tenía idea de las cosas que Tony había atravesado, las terribles decisiones que debió tomar por el bien mayor.

-¡Tú no tienes derecho a reprocharme nada! -estalló, poniéndose de pie para encararlo-. ¡Nunca estuviste ahí cuando te necesité! Para ti sólo fui una gran decepción, tu mayor fracaso. Pero a diferencia tuya, yo sí luché con uñas y dientes intentando salvar mi mundo, aún a costa de mi vida.

Howard retrocedió un paso, sorprendido por esa inesperada muestra de carácter. Por primera vez, una chispa de orgullo asomó a sus ojos.

-Así que después de todo heredaste algo de los Stark. Nunca pensé que tendrías la entereza de enfrentarme, hijo. Tal vez no eres un caso tan perdido como creía...

Tony parpadeó desconcertado. ¿Era esto alguna especie de retorcido cumplido? Viniendo de Howard, era lo más cercano a un elogio que jamás recibiría.

-No busco tu aprobación...ya no -replicó con amargura-. Sólo déjame en paz, estoy mejor solo en la oscuridad.

Howard negó con expresión inesperadamente gentil. -No puedes rendirte aún, Tony. Tienes mucho por qué vivir.

Cuando los heroes se quiebran; StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora