nine

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Steve despertó lentamente, saliendo a la superficie de un sueño profundo y reparador como hace mucho no lograba conciliar

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Steve despertó lentamente, saliendo a la superficie de un sueño profundo y reparador como hace mucho no lograba conciliar. Por unos minutos gloriosos la bruma del despertar nubló los recuerdos dolorosos que solían asaltarlo al abrir los ojos cada mañana.

Pero esta vez no hubo pesadillas sobresaltándolo en medio de la noche. Solo la quietud absoluta y la sensación cálida de un cuerpo amado reposando sobre su pecho.

De pronto todo regresó a su mente en una avalancha impactante: la desesperación desgarrándolo luego del último celo solitario de Tony, el viaje improvisado a mitad de la noche, invadir la habitación y hacerle el amor ferozmente hasta saciar esa necesidad acumulada.

Incapaz de creer su buena suerte, Steve abrió los ojos de golpe temiendo haberlo imaginado todo en un sueño vívido. Pero la visión recibiéndolo disipó cualquier resquicio de duda.
la suave respiración acompasada contra su pecho desnudo le recordó que no estaba solo en la cama. Tony yacía durmiendo plácidamente acurrucado sobre él, su rostro relajado reflejando una paz tan ansiada.

Steve contuvo la emoción desbordante amenazando convertirse en lágrimas. Había extrañado tanto despertar así, con el calor reconfortante de Tony cobijado entre sus brazos... Tantas madrugadas soñó sentirlo de nuevo junto a él, para abrir los ojos a la cruda realidad de las sábanas vacías.

Acarició con reverencia el cabello alborotado, temiendo perturbar su descanso. Lucía tan vulnerable e inocente en ese estado que despertaba sus instintos protectores al máximo. Solo entonces reparó en el peculiar entorno envolviéndolos.

Estaban en medio de lo que parecía un gran nido improvisado con mantas, almohadas y las sábanas arrancadas de la cama. Tony debió construirlo en algún punto entre sus intervalos de pasión para sentirse resguardado según dictaba su naturaleza omega.

No pudo evitar que una sonrisa conmovida asomara a sus labios. Claramente, eso era obra inconsciente de Tony mientras dormía, buscando instintivamente construir un espacio protector y acogedor para resguardarse junto a su alfa en medio del celo.

La ternura embargó a Steve ante esa imagen mental de Tony deambulando sonámbulo, confundido y necesitado en mitad de la noche, anhelando la presencia reconfortante de su compañero destinado para mitigar la ansiedad del celo. Cuánto había extrañado despertar dentro de uno de esos nidos improvisados, con el aroma dulzón de Tony rodeándolo por completo...

Desde joven, antes de que el suero alterara para siempre su fisiología, Steve soñaba con poder proveer ese lugar seguro a un omega destinado algún día. Anhelaba tener a alguien a quien cuidar, mimar y amar profundamente, crear juntos un hogar y una familia.

Luego de despertar décadas después en un mundo desconocido, había creído ese sueño imposible hasta conocer a Tony. Solo él fue capaz de despertar ese instinto protector tan arraigado en Steve, sacando a relucir su faceta más vulnerable y entregada. Solo en sus brazos conoció la dicha visceral de pertenecer por completo a otro ser.

Cuando los heroes se quiebran; StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora