seven

217 26 0
                                    

Tony se puso de pie de un salto, sin terminar de creer la visión frente a sus ojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tony se puso de pie de un salto, sin terminar de creer la visión frente a sus ojos. ¿Realmente era Steve en carne y hueso invadiendo su habitación a mitad de la noche o la falta de sueño le estaba jugando una mala pasada?

De ser así era la alucinación más vívida hasta la fecha, completó su mente febril. Porque ese aroma inconfundible a alfa protector llenaba cada recoveco, ese azul eléctrico de la mirada atravesándolo intensamente activaba todos sus instintos omega.

Tuvo que apoyarse en la pared cuando una oleada de mareo repentino casi lo tumba. Llevaba días enteros sin probar bocado, atormentado por no poder calmar la necesidad omega congruente con su ciclo especial. Ver a Steve aparecer súbitamente en carne y hueso encendía todos sus sentidos al rojo vivo.

—Steve... ¿qué demonios estás haciendo aquí? —masculló el ingeniero retrocediendo instintivamente cuando el Capitán dio un paso vacilante en su dirección.

Steve alzó las manos en el aire, en señal de rendición. Temía que Tony escapara si hacía cualquier movimiento brusco.

—Yo... sé que prometí darte espacio, Tony. Intenté mantenerme lejos, de verdad que sí —musitó con la voz teñida de urgencia—. Pero cuando sentí tu celo descontrolado hace unas semanas, cuando ese aroma tuyo me invadió los sentidos a miles de kilómetros de distancia... sencillamente no pude soportarlo más. Necesitaba verte, hablar contigo de nuevo antes de volverme loco.

Tony negó lentamente, incrédulo y furioso a partes iguales ante semejante osadía.

—Así que decidiste invadir mi privacidad cuando te vino en gana sólo porque tu lobo interior no podía contenerse, ¿no? ¡Maldita sea, Steve! ¿Tienes la menor idea de lo difícil que ha sido para mí sobrellevar todo esto solo, sin mi alfa cerca disponible para ayudarme a pasar el celo como natura manda?

Dio un par de pasos vacilantes hacia Tony, como temiendo espantarlo. El aroma a celo seguía flotando tenue en la habitación, enloqueciendo sus sentidos alfa. Necesitaba tocarlo, abrazarlo, embriagarse de esa esencia tan añorada directamente de su piel.

Pero Tony retrocedió abruptamente alzando ambas manos en un gesto que gritaba peligro sin necesidad de palabras. Su mirada era tormentosa, con los nervios aflorando crudamente.

—No —masculló sin fuerzas, negando para sí—. No te acerques, Steve. Esto está mal, no debiste venir, yo no puedo...

Cerró los ojos tratando de serenar su respiración errática mientras pasaba las manos temblorosas por el desaliñado cabello. Cuando los abrió de nuevo enfrentó la mirada angustiada de Steve con determinación.

—Tienes que irte. Esto es... demasiado pronto, Steve. Aún no estoy listo, yo...Demonios. ¡F.R.I.D.A.Y! ¿por qué lo dejaste pasar, niña? Te programé específicamente para...

Lo siento, señor. El Capitán Rogers se mostró realmente angustiado y pensé que quizás debía hacer una excepción sólo por...

Cuando los heroes se quiebran; StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora