Capitulo 11: Del Amor al Odio

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— Sí que te dio una paliza, ¿Eh?

— Él quedó peor que yo.

— Claro que sí, mi tuerto héroe.

— Cállate, no ves que debo descansar, no sé qué haces aquí la verdad.

— Emma me envió a llamar, pero primero quise pasar a visitar a mi mejor amigo quien está postrado en una camilla casi muerto. — Diría en tono burlesco, ellos dos habrían entrenado juntos toda su vida, el fracaso de uno es motivo de burla para el otro. — Estaba dudando si traerte flores.

— Vete de aquí, he terminado peor tras batallas. Exagerado. — Su tono de voz era igualmente con sentido del humor, pero de repente su semblante se volvía apenado. — De seguro Emma te llamó para suplantarme, ya me habrá descartado.

— ¡De que hablas! Deja esas estúpidas ideas de lado, todavía te queda un ojo, y además, las cicatrices son atractivas. Espero que en este tiempo de descanso te agarres a alguna.

— No te hagas el galán, tuviste suerte de que tu novia se fijara en ti, los pelirrojos son de mala suerte. — Diría entre risas. — Encima con esos trapos que llevas tapándote, todos sucios, como puede ser posible. Al igual que esa espada, desde que te conozco la tienes, cámbiala de una vez chico.

Soltaría una carcajada. — Pues me considero suertudo de haber sido lo suficientemente atractivo para ella, así como me ves. — Diría para luego mirar su espada con un amor entrañable. — Esta espada ha estado conmigo desde niño, la amo como un familiar más. — Cambiaría de tema rápidamente — Escucha, vas a ser el primero a quien le cuente esto... — Contaría emocionado buscando algo revolviendo su morral.

— ¿Qué es?, si es otra de tus artesanías con madera la quemaré, mi casa ya está repleta de ellas.

— Calla que te encantan, mira. — Un anillo de oro con piedras preciosas incrustadas desordenadamente. — Le propondré casamiento hermano.

— ¿Qué...? — La sorpresa llenó el rostro del amigo, sus ojos se abrieron como platos. — ¡No me lo puedo creer! ¿Cuándo piensas hacerlo?

— Pues luego de hablar con Emma, al anochecer la invitaré a salir y ahí se lo daré.

— Te felicito, sinceramente nunca pensé que llegarías tan lejos, siempre fuiste un rarito que me hacía pasar vergüenza.

— Por tu vergüenza es que te cuesta hablar con mujeres idiota, hay muchas personas en el mundo y a nadie le importará si te rechazan.

— Bueno, bueno, viniste a visitarme o a darme un sermón, ya largo de aquí.

— Me voy, me voy, espero no le cuentes a nadie sobre el anillo, oh cierto, una flecha atravesó tu pierna. No te moverás de aquí. — Se escapa de la sala del cuartel huyendo de los insultos cómicos de su compañero.

Kaban, un joven muy amigable. Ese niño con un pasado horrible, sería una persona de bien, con amigos, pareja, y una promesa a futuro. Saliendo de visitar a su mejor amigo Prometeo, se dirige al castillo de Emma para ver qué es lo que necesitan de él.

Lo que no sabría, es que la noticia que le darían, cambiará su vida como la conocía. Emma siempre le dijo que ella era su verdadera madre, ignorando toda la verdadera historia de su nacimiento. Evadiendo el pasado salvaje del chico, ocultándoselo.

— Háganlo pasar.

La sala del trono estaba envuelta en un silencio tenso cuando la Reina Emma recibió a Kaban, su hijo adoptivo, con una mirada fría y calculadora. Kaban, sin saber lo que estaba por venir, se acercó con respeto, pero la atmósfera le hacía sentir una inquietud en el estómago.

LEYENDAS: VENGANZA Y ODIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora