Capitulo 16: Memoria.

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KABAN

Al momento de ver como del cuerpo de mi padre emerge una silueta oscura me tensé. Parte de la oscuridad que emanaba su alma se afianzaba a su arco, sentí como mis piernas temblaron sin poder sujetarme de ningún apoyo, caí desplomado al suelo.

Oscuridad, era lo único que veía, parecía una especie de sueño vacío. Empecé a desesperarme, hasta llegué a pensar que habría muerto y que me encontraba en el Limbo del que tanto hablan las leyendas.

Pero algo cortó mi agonía, el arco de mi padre se materializo de la misma nada en mis manos, su cuerda no era una común y corriente, era de un material metálico que no reconocía, en su reflejo, como una alucinación podría ver a mi Reina, hablando con un sujeto.

— Para asegurar el poder que tenemos, es nuestro deber acabar con quienes se atrevan a igualarnos y tratar de superarnos, Tamashi fue, es y será la potencia mundial más fuerte de estas tierras.

— Por Tamashi, mi Reina.

Estaría confundido, mi Reina tenía un aspecto diferente, más joven. No pararía de observar a mi alrededor para descifrar que era todo esto. Estaba cerca de ellos, pero me ignoraban, cuando quise soltar palabras, ni yo mismo pude escucharme. Era invisible. Por lo que, angustiado seguí oyéndolos.

— Te nombro capitán al mando del pelotón "Los Iluminados de Solkan", Balkan Fénix — La Reina, con su tono de voz potente, nombrando capitán a Balkan, posando su espada en los hombros del hombre.

— Servir, Matar, Morir. — Con una rodilla en el suelo y la cabeza mirando al suelo, Balkan adoraba a su Reina.

— Ahora ve, y haz de este Reino el más fuerte de todos, deposito mi confianza en tu fiereza y habilidad.

Quedé perplejo al escuchar el nombre de mi padre. Antes de que pudiera procesar todo, una nube de arena me rodearía, obligándome a cerrar los ojos y taparme el rostro, un alboroto se escuchaba a mi alrededor. Espadas chocando, explosiones, fuego, insultos. Finalizando con un grito desgarrador de una mujer.

El arco se desvaneció en mis manos, llenándolas de arena, para luego sentir que se materializa en mi espalda. Me dieron escalofríos al escuchar a la mujer, y cuando la arena que me rodeaba cesó, mis ojos se llenaron de odio al ver como la mujer que fue mi madre, estaba siendo violada.

— Puta perra... — Balkan, acomodandose sus característicos ropajes de guerrero de Tamashi, soltaba insultos a la moribunda mujer.

— ... — La mujer yacía desnuda en el suelo, su respiración cada vez era más entrecortada, sus llantos me hicieron retorcerme de la impotencia.

¡Por qué haces esto!

Corrí hacia Balkan para golpearlo, pero mi cuerpo traspasó el suyo, no podría interferir.

¿Qué mierda es esto?

Y entendí, que esto era el pasado, por alguna razón, el arco de mi padre me estaba mostrado su historia, no quería verla, no quería escucharla. No sabía por qué me estaba mostrando esto.

¡Déjame en paz!

Mi padre no dejaba de atormentarme aun después de muerto.

Dejé de respirar al momento en donde Balkan se detuvo, dio media vuelta y me miró fijo, desenvainando su espada y corriendo hacia mí.

Me paralicé, ¿A dónde iba a huir? No había salida, estábamos en una cabaña y la salida estaba atrás de él. Mi cuerpo no reaccionaba hasta que en mis manos apareció una espada, mi espada, la que me acompañó desde que nací. Manipulé la espada y de un solo movimiento desintegré el cuerpo de mi padre, convirtiéndolo en arena.

Nuevamente a mi alrededor empezaba a levantarse el polvo, no quería irme de ahí, quería salvar a mi madre que todavía estaba viva, faltaba poco para que muera desangrada, quise avanzar, pero la arena era bastante, miré con ojos llorosos por última vez a mi madre, sus ojos se encontraron con los míos, las lágrimas que caían de los míos contrastaban con la felicidad que ella trasmitía en su mirar, se le veía satisfecha, cerro sus ojos y desapareció entre la arena.

¡No! ¡Por favor déjame verla!

Mis palabras no sirvieron de nada, porque de un momento a otro me encontré en la noche, rodeado de cuevas y pocos árboles secos, desde una pequeña caverna, un niño, casi al instante supe que era yo, grité al ver como un jabalí salvaje avanzaba feroz hacia él para comerlo, volví a gritar, pero lo que vi, me hizo llorar como nunca lo había hecho.

La espada que siempre llevé, se movió sola como si portara vida propia y atravesaba al animal, matándolo al instante.

Mi madre me protegía aun después de muerta.

Mi vista borrosa y mi nariz congestionada me obligaba a respirar por la boca, mirándome a mí mismo, alimentándome del animal que yacía muerto, una mezcla entre alegría y tristeza me abordó.

Nuevamente la arena, volví a taparme los ojos, reteniendo mis suspiros por mi ridículo llanto; todo estaba bien, mi madre me miró satisfecha, maté a su asesino, la vengué. Mi misión finalicé, la completé.

Un silencio inundó todo, nuevamente, podría ver la luna en el cielo, me encontraba en mi pueblo, donde vivía con mi novia en ese entonces. Por mi cabeza pasó la posibilidad de que todo haya sido un sueño, una maldita pesadilla.

Azul.

Susurré el nombre de mi amor, mientras corría por los caminos hasta llegar a nuestro hogar, entré rápidamente y ahí la vi, hermosa y pura como siempre fue.

Sin pensarlo fui corriendo a abrazarla, pero mi corazón se detuvo al no sentir su piel, la traspasé al igual que con mi padre, eso solo significaba que mi pesadilla todavía no terminaba. Una explosión rompió el silencio, miré hacia afuera, la noche se iluminaba por el fuego en las cabañas aledañas, por instinto miré a la puerta.

¡No Balkan! N-no me muestres esto...

Me sentir desfallecer, no era Balkan, eran mis propios compañeros entrando por la fuerza a mi hogar.

— S-soldado Henry, Fausto... ¿Qué hacían aquí? — Trataba de gritar, pero mi voz era sumamente suave, mis pupilas fijadas en el filo de sus espadas.

Los guerreros atacaron a mi novia hasta dejarla sin vida, me encontraba de rodillas, en mi mano libre, se materializó el escudo, mi amor. Ni siquiera me di cuenta, porque mi alma se partía en pedazos al ver como mis propios colegas acababan con mi mundo.

— Emma es despiadada.

— Calla, esto es lo mejor para él.

— ¿Qué dices?

— Sin su amada su poder se disparará, él tiene potencial, solo hay que hacer que odie al enemigo para despertarlo.

Los soldados comentaban entre ellos. No podía ser cierto, ¿Mi Reina me había destrozado mi vida solo para cumplir su capricho? ¿Y por qué mi padre nunca me lo dijo? Al contrario, tomó la posición de su asesino.

Tomó toda la responsabilidad.

Una nube oscura me rodeó, mostrando toda la vida de mi padre por mis ojos, como Emma lo descartó tras todo lo que él hizo por ella, el hombre dedicó toda su vida a la venganza y a la muerte. Destrozándose a sí mismo. Nunca me reveló lo de mi amada por...

Protegerme, de la venganza.

Mi padre me protegía hasta minutos antes de morir.

LEYENDAS: VENGANZA Y ODIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora