2. La Mansión de los Boswell

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                     La Mansión de los Boswell
                                     | Adara |
(Maratón 2/2)

Okey, iré a la fiesta.

Surgió de imprevisto. Son las 11:30pm y seguro están todos allí, desde mi habitación oigo la música y me aturde.
Me duché y me vestí, tengo puesto un top blanco de tirantes brillante con unos jeans celestes y tenis blancos.
Tengo el cabello húmedo pero no me preocupa que se seque al aire.

Bajé las escaleras —Adiós mamá. Iré a la fiesta aburrida. —. Me dirigí a la sala de estar donde estaba ella para despedirme.

—¿Si irás? Tu hermano ya está allí.

—Lo sé, me da igual.

—¡Que te diviertas hija!

—A ver que tan aburrida es. —Rodeo los ojos.

Abrí la puerta y me fui hacia su casa. Queda en la calle siguiente, súper cerca. Al llegar se escuchaba la música mucho más fuerte y ya me empezaba a doler la cabeza. Toqué timbre y esperé a que me abrieran.

Si que era una mansión, me imagino la cantidad de chicas que han traído los Boswell aquí.

La puerta se abrió —. Bienvenida, soy Slade Boswell. Tu eres Adara, si estoy en lo correcto

Si es correcto. Olía tan bien, y no está nada mal en cómo está vestido.

Sonrío —. Sí, Adara Dickson.

—Adelante, pasa. —Abre el paso y no dudo en entrar —. Gran parte de los invitados están afuera en la piscina y adentro, en la casa.

—¿Quién tuvo idea de la fiesta? —Caminaba junto a Slade para entrar.

Por dentro hay un «jardín» con una gran piscina, y adentro están las habitaciones, la cocina y todo lo demás.

—Oliver, yo no estaba muy de acuerdo al principio pero me convencieron.

—Guao.

Me quedé impresionada al entrar y ver a toda la multitud bailando, bebiendo, hablando. No tenía palabras.

—Gracias por acompañarme —. Fui amable.

—No hay de qué, cualquier cosa puedes preguntarme a mi o a Palmer, que trabaja aquí. —Me corresponde la sonrisa y desaparece.

Cada cosa me sorprende más.

Ya vi a mi hermano con los amigos y ahí estaba, Oliver, con una camisa blanca con sus tres primeros botones desabrochados  y un jean negro. Riéndose abiertamente dejando mostrar su dentadura perfecta.

¡Que hombre!

No le di mucha importancia ya que no vine a estar mirándolo y busqué a Evelyn. Y ahí estaba, en los sillones besuqueándose con uno de los amigos de mi hermano, ¡Noah!

No lo voy a negar, no me lo esperaba.

Como sea, fui a la barra y me pedí una limonada fría y llegó al instante. Necesitaba aire fresco ya que no aguantaba tantos gritos. Me levanto de la barra hasta que choco con alguien y le tiro toda la bebida.

Amor entre mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora