Soy el nuevo
| Liam Boswell |Almuerzo familiar. O mejor dicho, de hermanos...
Nosotros, en la segunda sala de la casa, almorzando.
Estos días estuvimos demasiado distanciados, es una de las únicas veces donde nos encontramos juntos, nuevamente, en la gruesa y alargada mesa.
—¿Acaso se pelearon que ninguno está hablando? Jamás he oído un almuerzo tan silencioso, disculpen que lo diga —indica Palmer sirviéndonos para beber.
Palmer siempre ha sido súper unida a nosotros. Cuando mama y papá se dedicaban a otro tipo de trabajos, ella fue la que cuidaba de Oliver y Slade. No nos molesta ningún tipo de comentario que llegue a regalar.
Me encojo de hombros —. No lo sé. —Me llevo una cucharada de sopa a la boca—. Yo no he estado desaparecido estos días.
Hablo de los dos. Oliver y Slade estuvieron súper misteriosos estos días.
Oliver apreta los puños sobre la mesa, a los costados de su sopa —. ¿A qué vas, Liam?
—Nada. Solo decía.
—Estuve ayudando a papá con unas cosas de trabajo. No empieces.
—Yo no he empezado nada. ¿Ahora de la nada no nos comunicamos?
—A todo esto. ¿Por qué no has comenzado al instituto hoy? —Oliver limpiándose la comisura de su labio.
Palmer retira el plato de Oliver para lavarlo.
Trago grueso —. Me han dicho a la madrugada que comience mañana, no tenían los resultados de los exámenes para ver si puedo o no ingresar.
Este año me cambio de instituto, pero por el simple hecho de que el imbécil de Oliver se metió en una grave pelea en año interior con adolescentes con poder, y ellos querían golpearme a mi.
Que estupidez.
¿Por qué soy yo siempre el que sale afectado por las acciones de los demás? Que ni siquiera son mi tema.
Yo tendría que ser el único hermano de aquí, estos dos, no son ni un poco maduros.
Oliver estaba sonriéndole al teléfono, como un idiota. Sí, así es.
—¿A quién le sonríes como estúpido? —Slade le da un pequeño empujoncito mientras que yo termino de comer mi sopa.
—A mi novia.
Arqueo una ceja.
¿Novia?
—No me digas. —Sonríe Slade, peinando su cabello hacia atrás—. ¿Bella nuevamente?
Oliver levanta la mirada, apagando su teléfono, dejándolo a sus costados, riendo —. Esa es mi novia, en mi mente, pero aún no lo sabe.
Slade sacude la cabeza —. Supéralo, hermano. No me gustaba ni me gusta para ti.
Interrumpo —. ¿Qué sentido tiene que estes con alguien si en tu mente piensas en otra persona? —Arrugo las cejas.
Bufa el peli negro —. ¿Y a ti que te importa?
¿Por qué creen que porque soy un poco más menos que ellos no soy maduro?
—En minutos debo recogerla.
—¿Quién? ¿A Bella? —Slade dice lo que yo estaba pensando.
—No, tarado.
—¿Entonces? ¿Quién es? —cuestiono.
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Amor entre mentiras
RomanceAdara Dickson; es una simple chica de diecisiete años, vive con su hermano, Finn Dickson, y su madre, Samantha Dickson en San Diego, California. El padre de los adolescentes los había abandonado a muy temprana edad. Tiene demasiada confianza con su...