MARTINDespués del cine volvemos a casa y me voy a dormir lleno de preguntas. Estoy confuso, demasiado como para conciliar el sueño.
Y es que en mi cabeza se repite una y otra vez "me estoy enamorando". Quiero ir a su habitación, por un momento besarle, y comprobar a que saben sus labios, esos que tantas veces imagine desde tan pequeño.
Quizá debería decirle lo que siento, quizá ya lo sabe, quizá sale bien, o quizá no. Quizá me cargo nuestra amistad. Quizá me odie después de esto. Y entre tantos quizás, me quedo dormido.
(...)
He quedado con Chiara para ultimar los últimos detalles del cumple de Juanjo, el cual celebramos hoy.
Estamos en su local, todo está decorado.
Los 20 de Juanjo, pensar que llevamos 15 años siendo amigos me parece algo surrealista. Quien diría que encajaríamos tan bien.
He de destacar que Juanjo no sabe que estamos organizando esta fiesta, de hecho está con Álvaro probando cafés mientras hablan de Taylor Swift, y aunque me encantaría unirme a la conversación y decir que cuando estoy con él me siento como en "Labyrinth", me veo obligado a organizar su fiesta sorpresa de cumpleaños.
Bea se acerca un rato más tarde al local a ayudarnos y nos cuenta cuál es su idea de regalo para mi mejor amigo.
-Supongo que no le habéis comprado nada.- dice.
Kiki y yo negamos, estábamos tan ocupados con la fiesta que nos hemos olvidado del puto regalo.
-Perfecto, le vamos a comprar entradas para Taylor Swift.- termina diciendo.
-¿Qué- contesto yo.
-Martin tranquilo, tú eres su acompañante. Le íbamos a preguntar una vez le diéramos las entradas, pero sabíamos que te iba a escoger a ti y preferíamos ahorrarnos el disgusto de que nuestro súper amigo no nos quisiera invitar al concierto de Taylor por invitar a su noviete.- me dice, y empieza a reírse con Kiki.
-No somos novios, de hecho ni nos hemos besado.- le digo, y me uno a ellas entre risas.
-Tiempo al tiempo.- me dice Chiara, y sigue colgando banderillas en las paredes.
El tiempo con ellas transcurre rápido, nos pasamos todo el día hablando de Juanjo, un claro ejemplo de lo que está en mi mente todo el rato. Y decido contarles lo de ayer.
-Deberías lanzarte Martin.- me aconseja Chiara.
-¿Y si no sale bien?- pregunta confuso.
Bea me abraza por detrás.
-Aquí estaremos para apoyarte.-apoya su cabeza en mi hombro izquierdo y pasa sus manos por mi cintura para llegar a mi tripa.
(...)
-¡SORPRESA!- gritamos cuando Juanjo entra al local.
-Estáis de puta coña.- dice el cumpleañero, y se lleva las manos a la cabeza, sonriendo.
Abraza a todos, y hacia mi viene el último. Me abraza fuerte contra su pecho, pero esta vez lo hace diferente a las otras, ya que espera a que yo lo suelte, y no es un abrazo rápido como los de siempre. Es un abrazo de agradecimiento, un abrazo bonito.
Empezamos a beber como locos, estamos felices. Chupito tras chupito. Ron cola tras Ron cola. Baile tras baile. Canción tras canción. Pierdo la cuenta de cuántos cubatas llevo casi a las 2 de la madrugada, y decido salir a tomar el aire cuando me encuentro algo mareado.
Me apoyo en una pared y cierro los ojos, sintiendo el frío dándome directamente en la cara.
Alguien se apoya a mi lado.
Abro los ojos y giro la cabeza. Ahí está. Mi chico. El chico de mis sueños. Y de repente en mi mente, empieza a sonar "Labyrinth" de Taylor Swift. Y esta vez saboreo las palabras "me estoy enamorando, me estoy enamorando otra vez"
-¿Esto ha sido tu idea?- me pregunta.
-Culpable.- Respondo, y me rio. Él hace lo mismo.
Se aparta de la pared y se pone justo delante de mi. Veo las lagrimas salir de sus ojos.
-Gracias por esto Martin, por todo. Por las veces que me has ayudado, por las veces que has hecho que me encuentre cuando he estado perdido. Por las veces que me has hecho sentirme diferente.- me dice. Y me abraza. Le correspondo el abrazo.- Te quiero.- finaliza diciendo, sin despegarse de mi. Y yo siento un escalofrío recorrerme por todo el cuerpo.
-Estás muy borracho Juanjo. - le digo, y este deja de abrazarme y se queda quieto, enfrente de mi. Le limpio las lagrimas de las mejillas con los dedos.
-No lo estoy, te lo estoy diciendo en serio Martin. Te quiero. Te quiero muchísimo. Eres mi mejor amigo pero...- no termina la frase.
-¿Pero?- le digo.
-Nada.- me dice. Lo veo dudar. Me vuelve a venir un impulso. Recuerdo las palabras de Chiara y Bea. Y algo reacciona por mi. Mis manos se posan en su cintura y lo atraen un poco más hacia mi, más cerca. Lo miro a los ojos, y seguidamente a los labios. Él hace lo mismo. Y yo lo repito una y otra vez. Me acerco más, nuestros labios casi se rozan.
-Martin.- dice nervioso y es casi una súplica, un "bésame ya".
-Dímelo.- le digo.
-A veces deseo que seas mucho más.- termina diciendo.
Y es más que suficiente, porque pego mi boca a la suya. Nuestras lenguas se mueven al compás, y siento su sabor a alcohol. Dios mío, es perfecto. Sus labios son tal y como me los imagine, o hasta mejor. Juanjo sonríe. Sonríe mientras me besa. Nos separamos por falta de aire. Pero este me agarra de la cabeza y me besa, más fuerte, con más necesidad, más intenso. Porque con Juanjo todo es así, intenso,
pero bonito. Y porque por un momento, se me olvida que estamos borrachos y que mañana esto supondrá un problemón para los dos. Pero entre beso y beso, solo puedo pensar en lo feliz que me hace estar con él, y en que todo el sufrimiento del Martin de hace años, fue en vano, porque es mutuo. Le gusto a Juanjo Bona. Estoy besando a Juanjo Bona, y se siente como el puto paraíso.