𝙃𝙖𝙞𝙠𝙮𝙪!! [𝙤𝙣𝙚-𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨] ( EDITANDO )

♡ Morisuke Yaku - Being alone with you

Hoy se cumplen exactamente tres meses desde aquella vergonzosa y tan linda declaración iluminada por la luz de la luna.

Ese día sigue sintiéndose como si hubiera sido ayer. Bueno, técnicamente no ha pasado tanto tiempo desde entonces, pero es un recuerdo que se siente tan cálido que casi podrías asegurar que han pasado años.

Al principio, dudaste un poco del futuro de esa relación... Dos chicos de instituto, bueno, siendo realistas las dudas venían definitivamente desde otro punto de vista, ¿qué tal si a Yaku realmente no le interesabas y hacía eso con otros fines? ¿y si todo eso hubiera sido una broma entre amigos? Realmente no tendrías ni idea de qué hacer al respecto.

Pero, necesito que me creas cuando digo esto... Esas dudas no tuvieron oportunidad de durar demasiado tiempo. 

Yaku es, definitivamente, una de las personas más amorosas y comprensivas que deben haber pisado alguna vez la faz de la tierra. Quizás no se trata tanto de las grandes muestras de cariño, más bien de los pequeños detalles que te hacen sentir amado.

Desde aquel incidente en los vestidores, siempre espera por ti en la puerta, cuidando que nadie entre mientras terminas de cambiarte... También muestra mucha preocupación por tu estado físico durante los entrenamientos y te pide que no te exijas demasiado durante los torneos. Siempre ha estado ahí cada vez que necesitaste un sitio para desahogarte y te invita helado los viernes por la noche, después del entrenamiento, ¿acaso necesitas algo más para darte cuenta de que es el novio perfecto?

Entonces, ahora que hemos expuesto su excelente comportamiento, quizás deberíamos movernos al escenario.

Morisuke Yaku y tú, cita, por los tres meses, claro. Vacaciones de invierno, frío que te cala los huesos, un poco de chocolate caliente, unas mantas calentitas... No sé si me entiendes. Y, oh, sí.

Flores.

Sí, un avergonzado Yaku sostiene un ramo de flores justo entre tú y él, se rasca la nuca y evita mirarte a los ojos, con miedo de que quizás podrías llegar a reírte de él. — No sabía cuál era tu flor favorita. — admite, jurarías que su rostro se pone cada vez más rojo. — así que la anciana de la florería me ayudó un poco; me hizo un ramo con una flor de cada una.

Casi tienes que aguantarte la risa, pero no porque fuera gracioso de verdad o desearas burlarte de él sino que te daba tanta ternura que era casi como sentir una caricia en el alma. Bueno, así se sentía estar con él siempre.

Una sensación cálida que se extiende por tu estómago y te produce cosquillas.

Tomas el ramo, con una sonrisa dibujada en tu rostro. Para este punto ambos deben deben estar igual de rojos.

— Son preciosas... — dices, tomando su mano con dulzura.

El simple hecho de haber conseguido flores era un logro en sí mismo, no hay muchas durante el invierno y las que hay definitivamente son carísimas o están marchitas. Estas están tan vivas que te planteas la posibilidad de que las haya recolectado él mismo.