Vous Apprenez (Mericcup) [#1]

Capítulo 20. [Final]

Desperté, confundido. ¿Por qué estoy en el suelo? De la nada llegaron los recuerdos, Eugene inyectándome sedante y riéndose mientras mencionaba que era el turno de Mérida. ¡Mérida! ¿Dónde esta?
Me levanté del suelo rápidamente que me mareé y tuve que agarrarme de la barandilla de la escalera. Cuando me recuperé bajé rápidamente y me encontré a Mérida tirada en el suelo rodeada de sangre.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y corrí hacia ella.

-¡Mérida! -tomé su rostro entre mis manos y estaba frío y pálido.
Rápidamente saque mi celular y marque a urgencias, pronto llegarían.

Por favor, que los dos estén bien. Por favor.
Así de rápido llego la ambulancia se llevaron a Mérida y yo me subí a mi auto, siguiéndolos.
¿Por qué cuándo todo está perfecto pasa algo malo?
Golpee el volante con brusquedad. ¡Maldita sea!

-Familiares de Mérida DunBroch.

La sola mención de su nombre me hizo levantarme y caminar hacia la enfermera que la había mencionado.

-¿Qué es lo que pasa? ¿Cómo esta? ¿Cómo esta el bebé? -hacía varias preguntas a la vez y enredadas.

-Ella está bien. ¿Quiere pasar a verla?

-Claro que sí.

Ella me sonrió de lado y caminamos por varias habitaciones hasta que nos paramos en una.

-Esta adentro. Pasé.

-Gracias -dije entrando.

Pero cuando cerré la puerta me encontré con Mérida con el rostro rodeado de lágrimas. Su rostro pálido y su mirada pérdida. No me miro cuando entre.
Me acerque a ella y le toque el hombro haciendo que me volteara a ver.

-No me toques -musitó con voz débil.

-¿Qué tienes? -le volví a tocar el hombro.

-No me toques -dijo más fuerte con la voz desgarrada.

-¿Qué es lo que pasa?

-¡Hiccup! He perdido a mi bebé, he perdido una vida indefensa, alguien que necesitaba de mi. Alguien que era la única familia que me quedaba.

Eso fue como un bote de agua fría sobre mi cabeza. ¿Qué? Mi corazón se encontraba roto en millones de pedazos.
No puede estar pasando. ¡No, no, no!

-¿Qué? -pregunté con la voz aguda, un nudo se encontraba en mi garganta y no me dejaba hablar con claridad.

-¡Lo he perdido! ¡No se salvó!

Me quede inmóvil mientras Mérida exploto en lágrimas. No podía reaccionar, pero hice la peor decisión que he echo en toda mi vida.
Salí de la habitación oyendo los llantos y gemidos de Mérida.
Saqué mi celular y le hablé a alguien.

-¿Bueno? -preguntó ella con la voz cansada.

-¿Astrid? Soy yo, Hiccup. ¿En dónde estas?

-Hola Hiccup. Estoy en mi casa. ¿Por qué?

-En unos minutos llego.

Salí del hospital sin mirar atrás, me adentré en el auto. Unos minutos después me encontraba dispuesto a tocar la puerta de Astrid, pero ella ya la había abierto.

-¿Hicc...? -no le di tiempo de hablar, debido a que la acorralé contra la pared cerrando la puerta detrás de mi.

POV Mérida.

Todo me estaba saliendo mal, el año me había salido mal. Todo mal. Aun las lágrimas no cesaban. Mucho menos por lo que había echo Hiccup. Se había ido sin mirar atrás, justo cuando más lo necesitaba.
Escuché unos toques en la puerta.

-Pase.

-¿Mérida? -un chico que asomo por la puerta y yo asentí-. Le vengo a entregar sus maletas.

-¿Qué?

¿Qué mierda?

-Sí, las han traído y me mandaron a traérselas, con su permiso.

El chico metió todas las maletas y me entregó un sobre que contenía dinero y una carta.
Mis ojos se llenaron de lágrimas al leer.

"Mérida:

Sólo quiero decirte que gracias por toda tu compañía, siento que lo nuestro no va a funcionar. Acabo de pasar un momento placentero al lado de Astrid. Muchas gracias por todo, pero lo nuestro se acabo, no puedo vivir viéndote y sabiendo que eres como las demás.
Con tu atención, gracias.
Hiccup"

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¿Fin?