Capítulo 16.

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¡Hellow! Les diré que ya tengo el hermoso final escrito, significa que ya casi acabará la novela

Gemí, una fina capa de sudor cubría mi frente, me movía rápidamente.

-¡Mérida DunBroch! ¡Metete a bañar!

-¡No quiero! -patalee a Hiccup una vez más en el estómago y él se retorció de dolor dejando escapar aire y ese fue mi momento de salir corriendo.

Lo sé, me estaba comportando como una niña pequeña y malcriada. Pero el agua estaba demasiado fría, y el clima no era el mejor, podría enfermar, y eso no sería del todo agradable.

Al último momento Hiccup me agarró de la cintura y me metió al baño, al agua, a la regadera, con ropa ¡y además estaba fría! El muy maldito me quería matar.

-Vamos, no fue tan malo -se carcajeó después de tirarme al agua fría.

Ya había pasado un mes desde que Hiccup viera a mi madre, no la había vuelto a ver y espero jamás volverla a ver. ¿Adivinaron cuántos meses de embarazo tengo? ¡Cinco! Pobre Hiccup, tenía que aguantar mis drásticos cambios de humor. Mi vientre ya estaba muy abultado y yo decía que parecía una ballena, aunque Hiccup dijera que no, yo sé que estaba mintiendo.

-Claro, vamos a tirarte igual al agua, pato.

-Que insulto tan más ofensivo.

-¿Qué?

-No tienes sentido del humor.

-¿Se suponía que tenia que reír?

-Que novia tengo.

Me sacudí al salir del agua, estaba temblando. Así que Hiccup optó por alcanzarme una cobija, cubriéndome con ella.

-Por eso me amas -lo agarré la camiseta y le di un corto beso.

-Eres bipolar -susurró sobre mis labios.

-Esa es una de las tantas razones por las que me amas.

-Yo te amo por todo.

-¡Claro que no! No me amas cuando quiero algo a media noche.

-Siempre me despiertas despiertas cuando estoy en sueño profundo, eso jamás te lo perdonaré.

-Claro, pero aun así vas y me traes lo que quiero.

-Me hipnotizas -susurró, tratando de aguantar una risa que quería salir de sus labios.

-No, te trato como sumiso. Y tu muy obediente vas -le seguí el juego, percatándome segundos después de lo idiota que había sonado eso.

-¡¿Qué?! Ahora no iré en la noche por la comida.

-Entonces deja que tu hijo y tu novia se mueran de hambre.

-Puedes ir tu, tienes pies para caminar -se cruzó de brazos inflando los cachetes.

-También tengo un vientre muy abultado. No te enojes, pareces un niño.

Me acerque a él y le rodé el cuello por atrás y le di un sueve beso en el cuello haciendo que él se estremeciera.

-Es que estoy embarazado y son las hormonas.

Cuando él dijo eso me solté riendo como nunca antes. Él me miraba sonriendo y yo me estaba quedando sin aire, a causa que empezara a dar pequeños saltos. No era nada normal.

-¿Te estás convulsionando?

-¡No!

Me trate que calmar unos minutos y lo logré, Hiccup se lanzó a mi lado dando varios besos a lo largo de mi rostro.

-Hiccup -susurré y él se aparto un poco.

-¿Sí?

-Se está... el bebé se está moviendo.

Acaricie mi vientre y éste se movía, era una sensación mágica, a Hiccup le brillaron los ojos y se acerco al vientre poniendo una mano en él. Se movía... unas lágrimas brotaban en mis ojos.

-¡Hey! Será futbolista -dijo riendo.

-O bailarina -completé.

-Hola mi amor -otra vez le hablaba a el vientre, cada vez que hiciera eso me volvería loca de amor.

Hiccup sería un gran padre, por algo llegó a mi vida, por algo estamos los dos juntos. Él me acepto tal y como llegué a su vida y yo lo acepto tal y como llegó a la mía. Por algo pasan las cosas, siempre le fui fiel a esa frase y ahora la estoy viviendo.

-Seré tu padre y te enseñaré demasiadas cosas buenas sobre la vida. Nunca veras lo malo conmigo.

El mejor padre, amigo y novio. El mejor en todos los aspectos.

Vous Apprenez (Mericcup) [#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora