CAPITULO 11

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BAYLEE

Su maldito tono de reproche hace que me vuelva hacia él, realmente molesta. ¿Quién se creía? Y sobre lo que dijo: ciertamente estaba que si se tratara de Niall, no me importaría besarlo frente a todo el mundo. ¡Hablamos de Niall! ¡Joder! Del chico del que estoy enamorada. Así que — ¡Sí!— grito en mi mente. — ¡No me importaría! ¡Niall es mucho mejor que tu Styles! —sin embargo, no es eso lo que digo en voz alta.

—Es increíble que estés echándome eso en cara. — murmuro con malhumor abandonando la fila. Lo escucho maldecir en voz baja, y poco después venir detrás de mí.

—Baylee. — me llama. Lo ignoro y continúo caminando hacia los jardines de la escuela. Necesito hacer mi drama y que ese idiota se disculpe. —Amor. — ruedo los ojos. Es la primera vez que me llama así y ya me repugna que lo haga. Detengo mis pasos, y tomo asiento en una banca solitaria. Harry llega segundos después y se pone encuclillas frente a mí.

Desvió mi vista hacia otro lado (los arboles por ejemplo) y pretendo ignorarlo, sin embargo su voz melosa que me revuelve el estómago comienza a fastidiarme. Tiene su cabeza gacha mientras habla.

—Lo siento. — susurra. Contengo mi sonrisa. — Fui un idiota. — asiento sin que pueda verme. Por supuesto que fue un idiota. — No debí ofenderte de esa manera. — ruedo los ojos, y lo tomo de su muñeca.

—Está bien. — Le digo, con voz suave. — Ya no importa. — simulo restarle importancia.

Él sonríe besando mis manos. Le muestro la mía y se acerca a besarme, esta vez no me opongo. No puedo arriesgarme a que Harry se me vaya de las manos. Es mi único anzuelo para atrapar al pez bueno. Cruel, pero así es.

....

Me recargo en el auto de Harry, mientras lo espero impaciente. Debería de ya estar aquí, supongo que tendré que marcarle algunas normas sobre lo que me gusta y no me gusta. Y la principal seria que; Odio esperar. Reviso mi reloj seguidas veces esperando que el tiempo avance rápido y ese idiota salga de la escuela. Dejo escapar un suspiro y acomodo mi mochila.

—Bien parece que tengo que ir a buscarlo. — murmuro por lo bajo, yendo al interior de la institución.

Hay pocas personas en los pasillos, la mayoría ya se ha largado a sus casas. Busco a Harry por estos sin conseguir ubicarlo. Las posibilidades se inclinan hacia los vestidores, así que voy hacia ellos con paso apresurado. Ese idiota me iba a escuchar por demorarse demasiado. Son las 4:30, se supone que iba a llegar a las 4:00 al estacionamiento. Me ha dejado como estúpida esperándolo todo este tiempo.

Algunos chicos vienen saliendo, pero ninguno es Harry. Me apoyo de los casilleros que están afuera, y espero con los brazos cruzados a que salga. Pasan los minutos y al final, localizo esa melena de risos (ahora húmedos por la ducha) viene muy alegre.... Mejor dicho vienen. Hay una tipa a su lado, pero sin dudas al verme cualquier sonrisa que haya estado en sus rostros desaparece por completo.

—Llevo media hora esperándote. — espetó, apretando mi mandíbula. La chica se remueve incomoda y parece que busca las palabras correctas para lograr liberarse de esta bochornosa situación. Harry toca su cabeza con sorpresa, pareciera que lo había olvidado. Eso me molesta aún más.

—Baylee, y–yo.

—No importa. — Lo corto, alejándome de los casilleros. — Puedo irme sola. — murmuro, empezando a caminar hacia la salida. Estúpido, pero iba a pagar por esto. Lo escucho venir detrás de mí, no sé si la chica se iría por otro lado, o si simplemente se quedaría parada allí. Yo no pensaba voltear ni hacer caso de los llamados de Harry que se comenzaban a escuchar a mis espaldas.

— ¡Baylee! —grita. Sé que está corriendo. Apresuro más mi paso y salgo casi a trompicones de la escuela.

No me interesa escuchar su versión de lo que sea que haya estado sucediendo entre él y esa chica. Era de esperarse, ambos fueron "pareja" en la obra Romeo & Julieta. Voy casi corriendo por la acera que rodea la escuela, Harry sigue siguiendo. Lo logro dejar muchísimo más atrás cuando doblo la esquina e ingreso a una cafetería para ocultarme. Aprieto mis ojos con enojo. Maldito Styles.

Me asomó por la puerta cristalina y lo veo pasar desorientado buscándome por todos lados. Al ver que no me localiza se da la vuelta y regresa, posiblemente va por su coche. Continúo viendo a la calle por determinados segundos. Quizás exagere un poco, debí escucharlo, pero no me dio la gana y aquí es el quien debe sentir la culpa, no yo. Además él no tenía nada que estar haciendo con esa tipa en los vestidores, hayan o no estado haciendo algo.

— ¿Baylee? — me llevo la mano al pecho al escuchar una conocible voz a mis espaldas. Dos orbes azules están viéndome con extrañeza y el ceño medio fruncido.

—Niall. — susurro, perdiéndome en su perfecto rostro. ¡Por dios Baylee! ¡Contrólate! Carraspeo mi garganta alejándome de la puerta. — ¿Qué haces acá? —le pregunto, con mi voz temblorosa. Él sonríe y me muestra un frappuccino. — Oh claro. — murmuro con obviedad. El ríe.

—¿Has dejado a Harry? —pregunta con una sonrisa. Abro mis ojos con sorpresa y muerdo mis labios.

—En realidad.— jugueteo con mis dedos.— Él ha sido quien me ha dejado.

—¿Qué?

—Me dejo en el estacionamiento esperándolo como idiota. Creí que estaba ocupado... — hago una pausa recordándolo salir con la idiota de Allison. —Pero solo estaba disfrutando de la compañía de otra chica.— dejo salir.

—¿Otra chica? — murmura incrédulo.

—Sí. — resoplo.

— ¿Qué chica? —parece interesado.

—Allison. — el ríe.

— ¿Qué es lo gracioso?

—Puedes estar tranquila, Baylee, a Harry no le interesa Allison. — me asegura. Pero me cuesta ponerle atención con esa sonrisa en sus labios. — Ahora, si me permites, puedo llevarte a tu casa, seguramente Harry ira a buscarte.

¡Santa madre! Mi corazón se ha acelerado a l borde que puedo sentir que en cualquier momento se me saldrá. ¡Niall me ha propuesto llevarme a mi casa! Mis piernas flaquearan si intento dar un paso. Iré en el mismo auto con Niall.... Solos....juntos.....conversando posiblemente......creo que moriré.

HARRY

Me aparco frente a la casa de Baylee, bajo del auto y voy hacia la puerta. Toco varias veces, pero nadie abre. Me recargo en esta y espero una respuesta tardía, sin embargo eso no creo que suceda, ya que puedo reconocer el auto que acaba de aparcarse justo detrás del mío. De este baja una sonriente Baylee acompañada de una amable Niall. Aprieto mis puños al verlos tan felices. ¡¿Cómo diablos lo encontró?! Bajo los pequeños escalones y avanzo hacia ellos.

—Hey Bro. — saluda mi amigo.

— ¡¿Qué haces con él?!— le reprocho, ignorando el saludo de mi mejor amigo.

—Harry ¿Qué te pasa? — cuestiona el rubio con desconcierto en su voz. Ella no habla, Niall no se lo permite. — Solo la he traído a su casa, ya que tú, la dejaste esperando no sé cuánto tiempo.

—No tenías por qué hacerlo. — le digo borde.

—Si tenía. — me contradice. — o ¿Tu no harías lo mismo si fuera Claudia? — caigo en la realidad con sus palabras.

—Por supuesto. — murmuro calmándome. — Perdón. — le digo tallando mi rostro.

—No importa. — dice encogiéndose de hombros. Mira a la rubia y se despide. — Nos vemos. — le regala una sonrisa. Ella se la devuelve, puedo ver ese jodido brillo en sus ojos. —No arruines esto, amigo. — me dice por último y vuelve a su auto.

¿Qué no lo arruine? ¡Joder! Eres tu quien lo arruina estúpido Niall, tú y tu maldita sonrisa vanidosa que se roba el brillo de los ojos de mi chica.


CRUSH ||h.s + n.h||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora