Para ella la media hora restante fueron los minutos más largos de su vida.
Nerviosa y con el corazón apunto de salirse de su pecho se despide de su compañera y camino a la salida, cuando salió buscó con la mirada a su compañero más no lo encontró.
Hasta que escuchó un carraspeo atrás de ella.
Volteo y lo vio junto a dos bicicletas.-Realmente no sé si te guste andar en bicicleta, pero quería preguntarte si ¿quisieras ir a dar una vuelta en ella?-ella sintió una presión en su garganta y estómago.
Desde que tenía uso de razón ella amaba andar en bicicleta, el hombre que le engendró le enseñó y ella amo desde ese entonces todo lo que tenga que ver con bicicletas pero cuando él se fue, la bicicleta también, porque si, él se la llevó.
James se dio cuenta de su mirada melancólica a las bicicletas y por un momento se arrepintió el no preguntarle antes, pero todo aquel miedo y arrepentimiento se fue cuando ella sonrió en grande.
-Por supuesto, ¿que es mejor que dar una vuelta por la ciudad?-ella se acercó dándole una pequeña sonrisa y tomo una de las bicicletas.
Abir subió a la bicicleta y por un momento solamente la llevo aquellos recuerdos de su padre, sin embargo decidió olvidarse de aquello y disfrutar de esta tarde con su compañero.
-¿Vamos?-pregunto ella, en la observó y le sonrío de forma coqueta.
-Vamos-ambos aceleraron y dieron inicio a un pequeño paseo, pasaron entre parques, al igual que en una tienda en donde vendían Cornuletes, conocidos como pasteles Rumanos.
James probó unas cuantas rellenas de nueces y mermelada, aunque para él parecían más galletas que pasteles, sin embargo evito decirlo y disfruto de aquel dulce tan delicioso que aquella mujer frente a él le invitaba para que conociera las delicias de Rumania.
Pasaron por muchos lugares, divirtiéndose como si fueran niños de 15 años disfrutando de una primera cita, ignorando los posibles problemas que se crearían.
Abir mordía su lengua en cada conversación que iniciaban pero no tenía la oportunidad ni siquiera de preguntarle si él tenía novia o un amante.
Estuvo a punto de hablar pero él se adelantó antes que a aquella pregunta.-Entonces...¿No tienes novio, verdad?-pregunto James, realmente nunca se había puesto a pensar si es que ella tenía novio o algún pretendiente y a su corazón le urgía saberlo.
-No, en mis cortos 16 años jamás he tenido algún novio-ella contestó con las mejillas rojas.
Él se sorprendió, no por la edad, lo admitía él era más grande pero suponía que tres años no era demasiado tiempo.
Lo que le sorprendía era saber que aquella joven, de tan bonita personalidad, de un carácter fuerte pero a la vez suave y encantador, jamás haya tenido novio.-¿Ningún novio?-ella negó con una pequeña sonrisa-vaya, pero bueno, aún eres muy joven, puedes conseguir en cualquier momento un novio, una que pueda amarte como te mereces.
-¿Como me merezco?- lo vio asentir.
-Llevó pocos días conociéndote, pero eres sin duda alguna y que a pesar de su edad eres la mujer más fuerte que he conocido en mi vida, no sé la razón por la cual evitas hablar de tus padres...
Abir paro y lo miro desconcertada.
-¿Como lo...
-Me di cuenta en tu mirada, una mirada llena de dolor, nostalgia y odio, sé que algo pasó ahí y muy grave pero yo no soy nadie para exigirte la razón de tu Soledad, tal vez algún día me lo puedes contar o tal vez no pero a pesar de no saber sé que sin duda alguna eres una mujer muy fuerte, una que no se derrumbo ante los obstáculos que le dio esta vida y sabes, a mi me gustaría conocer esta mujer que tengo frente a mi, ¿me lo permitirías?-ella lo miró con la boca semi abierta, nadie y ni siquiera a la que quería como una hermana se habían dado cuenta de todo los sentimientos que cargaba dentro de ella, nadie había notado hasta ahora todo el esfuerzo que hizo por no derrumbarse ante su soledad y dolor.
Pero el hombre que estaba frente a ella, el hombre con el cual compartía un vínculo de por vida, la acababa de leer con tan sólo unos pocos días de conocerla.
Ella lo miró detenidamente y se dio cuenta de qué él parecía querer derrumbarse de los nervios, lo pudo ver en sus ojos que brillaban de preocupación y desesperación así que decidió hacer la pregunta que se hizo desde que lo conoció.-Antes que nada, ¿tienes novia?-le pregunto.
-No
Él respondió rápidamente, con voz y una mirada firme, le creyó.
-Bien, entonces ahora tienes el privilegio de poder conocerme James Potter-el sonrío en grande y tomo la mano de ella con delicadeza para poder depositar un pequeño beso en ella.
-Bien, entonces ahora que me has permitido conocerte puedo saber cuándo cumples 17 años-ella sonrío al saber que lo primero que le preguntó fue su cumpleaños.
-13 de Febrero, esa es la fecha de mi cumpleaños-le respondió.
-Oh, falta un mes... bueno si ese es el caso espero poder estar invitado-dijo sonriendo.
-Lo estarías por supuesto, si no fuera porque va a ser el segundo año que no festejo mi cumpleaños, pero en fin. ¿cuándo es el tuyo?-ella esquivo el tema y él se dio cuenta, suponía que todo eso tendría que ver con la ausencia de sus padres así que él en su mente estaba ya maquinando una perfecta fiesta de cumpleaños para ella.
-Mi cumpleaños es el 27 de Marzo y este año estoy apunto de cumplir mis 19 años-respondió con orgullo.
-Oh vaya, pero bueno supongo que dos años no son nada ¿verdad?-ella soltó una pequeña sonrisa y subió de manera rápido a la bicicleta para alejarse de él.
James la vio alejarse, con una sonrisa y su corazón desbocado ante aquel comentario, subió a su propia bicicleta y la alcanzó mientras ambos reían como dos jóvenes enamorados y así siguieron su primera cita visitando lugares y conociéndose.
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Oceánida. [James Potter]
FanfictionLa persona correcta llega cuando menos te lo esperas. Hermosa portada realizada por @dilulevel de @Editorial_Silver.