Lo Que Necesitaba || BibleBuild

1.

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La boca de Bible es suave.

Sus labios siempre están buscando la manera de salirse con la suya, y aunque soy una persona con mucha determinación y autocontrol, a veces simplemente no puedo evitar dejarme llevar.

Él es muy cálido y reconfortante.

A veces creo que demasiado.

Sentí cómo inclinó mucho más el asiento del copiloto y se posicionó sobre mí. Jadeé contra sus labios y su lengua suave acarició la mía.

Llevé mis manos hasta sus hombros para alejarlo un poco, con una sonrisa ladina.

―Basta. No quiero llegar tarde a clase.

―Uno y ya. ―murmuró Bible y bajó sus besos a mi mandíbula.

―Bible, no tendremos sexo en tu auto justo fuera de la entrada de mi universidad. ―me reí un poco, sintiendo su boca dirigirse a mi cuello.

Me estremecí.

Su tacto siempre es tan gentil.

― ¿Por qué no? El auto está polarizado y blindado.

―Bib...

―Prometo que no tardaré, baby... ―con sus manos cálidas acarició mi espalda.

―No. ―lo alejé por completo―. Ya te dije que no quiero llegar tarde. Además, la última vez que tuvimos sexo en el auto me anudaste y tuve que tomar el anticonceptivo de emergencia.

―Eso no fue mi culpa.

― ¿Insinúas que fue mía?

Hizo un pequeño puchero y yo puse los ojos en blanco, intentando resistirme a aquella expresión.

―No me hagas esa cara.

― ¿Por qué eres tan cruel conmigo?

―Deja de pensar con tu pene y quítate de encima. Anoche tuvimos mucho sexo, estoy cansado, ¿acaso tú no?

―Yo nunca podría cansarme de hacerlo contigo. ―repartió varios besos por todo mi rostro―. Además, si estabas tan cansado, ¿por qué no aceptaste quedarte conmigo?

―Sabes que prefiero dormir en mi condominio.

―Mi cama es mucho más cómoda y te consta.

―Lo único que me consta es que te las habrías ingeniado para metérmelo en medio de la madrugada. No me ibas a dejar descansar.

―También es cierto.

Le golpeé el hombro y él se echó a reír.

Tiene una risa muy bonita, aunque nunca se lo digo.

Su risa fue una de las cosas que más llamó mi atención cuando nos conocimos en aquel bar.

― ¿A qué hora sales hoy?

―No lo sé, tengo ensayos luego de clase. ―me encogí de hombros.

― ¿Quieres que pase por ti?

―No. Necesito un descanso de tu pene. ―sonreí en cuanto Bible se sostuvo el pecho, fingiendo estar dolido.

―Nunca me habías dicho algo tan horrible.

Me eché a reír.

―Deja el drama. Ya tengo que irme.

Dejó un beso casto en mis labios y asintió, haciéndose a un lado para dejarme salir del auto.