cαριтυℓσ 10 - Luces en la oscuridad.

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Al día siguiente, todo pasó con normalidad. Me sentía bien hasta que me llamó la mamá de Tomás.

— Hola, Ali, ¿cómo estás? —dijo ella.

— Hola, señora, muy bien, gracias. ¿A qué se debe su llamada tan tarde en la noche? —respondí.

— Verás, Alice, mi hijo Tomás tuvo un accidente y solo pide que vengas. ¿Podrías venir?

En ese momento, mi mundo se detuvo. No podía respirar y tomé mi buzo para ir.

— P-pero, ¿dónde está? ¿Está demasiado grave? —pregunté con la voz entrecortada.

— Hace poco estaba muy grave, ya se estabilizó, pero no deja de llamarte.

— Ya voy en camino. Muchas gracias por avisarme —dije con la voz entrecortada y colgué.

De camino, no podía pensar en otra cosa que no fuera Tomás. ¿Estará bien? Comencé a llorar. En el camino, Tomás no estaba en buen camino desde hace algún tiempo y se juntaba con malas personas. Al llegar, la primera persona que vi fue la mamá de Tomás.

— Hola, mi niña, tranquila, todo está bien —me dijo y me dejó pasar a ver a Tomás.

— Pero ¿qué pasó? ¿Quién le hizo esto? —pregunté con la voz hecha pedazos.

Aún no podía creerlo; estaba en shock. Mi mejor amigo había sido "accidentado". No me creía eso; estaba perdida en mis pensamientos mientras me dejaban entrar a la habitación y vi a alguien ahí con Tomás. Era... ¿Joshua?

— ¿Qué haces acá? —pregunté buscando respuestas y calmándome al ver a Tomás bien.

— Bueno, los dejo solos; iré por gelatinas.

— De m—

— Sí, lo sé; de mora para la mocosa y de limón para el bello durmiente.

— Gracias, Joshua.

¿Cómo sabía eso de mí? Aunque todo tiene sentido; él y Tomás son amigos. Solo no entiendo por qué se puso "celoso" cuando me vio con Tomás aquel día.

— Tomás, ¿cómo te sientes? —pregunté con preocupación.

— Bien, enana; estoy bien —dijo con una sonrisa.

— ¿Quién te hizo esto?

— Nadie —respondió seco.

— Tomás, dime la verdad. ¿Volviste a meterte en peleas y con esas personas?

Él asintió y mi sangre empezó a hervir. Quería pegarle por ser tan estúpido, pero no podía. En ese momento llegó Joshua y nos dio gelatinas, mejorando mi humor.

𝓔𝓵 𝓲𝓷𝓿𝓲𝓮𝓻𝓷𝓸 𝓔𝓽𝓮𝓻𝓷𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora