Era miércoles y debíamos regresar a clases. Por la mañana, recibí un mensaje nuevamente.
—¿Qué carajos quiere ahora?
—Mocosa, se quién le hizo esto a Tomás. 7:00am
Estaba bastante mal; no quería hablar con Joshua. Decidí contestarle de mala gana. Me explicó que si había sido quien pensé, estaba muy enojada y, Dios, aún quiero saber por qué sabe tantas cosas de mí y yo solo sé que es un idiota al que le gusta "Green Day".
Me alisté rápidamente para ir a clases y, después de arreglarme, escuché que tocaron la puerta y era Joshua.
—Hola, mocosa —dijo aguantándose una risa burlona.
—¿Qué crees que es gracioso, idiota?
—Tienes un moño para el pelo ridículo.
Mi moño de los Simpsons.
—¿Qué tiene de malo? Y llegas diez minutos antes —dije con un poco de enojo.
—Tranquila, te ves adorable, mocosa.
—Y tú te ves como un idiota bien vestido.
Tenía una chaqueta negra que hacía resaltar sus hermosos ojos cafés.
—Gracias por notarlo, mocosa. ¿Vamos a clases? Llegaremos tarde.
—Supongo. Déjame tomar mi bolso.
Agarré mi bolso y me puse el moño en la muñeca. Fue un regalo absurdo de mi tío y me encantaba. Cuando me subí a la moto, empezamos a hablar.
—Entonces, mocosa, ¿te gusta Green Day?
—La pregunta me ofende, Joshua; está claro que me gusta Green Day.
«Mi mochila tenía pegatinas de ellos por todos lados.»—Vale, solo decía... ¿cuál es tu canción favorita de ellos?
—Qué preguntón... "American Idiot".
—Eres muy envidiosa, mocosa.
—¿También te gusta esa? —dije un poco curiosa.
—Sí, mocosa envidiosa.
—Idiota con buenos gustos.
Llegamos y entramos a clase; él se sentó con Tomás y empezaron a hablar y mirarme. Yo solo podía pensar en que el idiota de Joshua no era tan malo como pensaba. Y otra vez infiltrados en mi clase; ¿no se cansaban?
Terminaron las clases y quería irme a casa, pero nuevamente Joshua me interrumpió y me obligó a ir con él.
—¿No vas a esperarme, mocosa?
—¿Por qué te esperaría, idiota?
—Qué mocosa tan amargada.
—Qué idiota tan idiota.
—Te acompaño a casa.
Me hizo ojitos de perrito y estoy por creer que solo quería acompañarme para estar conmigo, no por mi "seguridad".
—Como digas.
De camino a mi casa, él empezó a preguntar de nuevo:
—Entonces... ¿eres rarita solo porque sí o hay razones?
—¿Y tú eres idiota solo porque sí?
—No soy tan idiota como crees; solo no me conoces.
—¿Por qué quisiera conocer a un idiota como tú?
—Muchas razones.
Seguimos hablando durante el camino y descubrimos muchas cosas en común.
Al llegar a mi casa...
—Vendré por ti mañana a las 9 para ir a clases; necesito que seas puntual, ¿vale?
—Como digas, idiota.
Entré a mi casa y hablé con Tomás sobre cómo seguía. Ya era tarde y me fui a dormir; de nuevo no podía dejar de pensar en Joshua.
¿Por qué estoy pensando tanto en ese idiota?
Al día siguiente no podía dejar de pensar en sus lindos ojos cafés y su oscuro y un poco rizado cabello...
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𝓔𝓵 𝓲𝓷𝓿𝓲𝓮𝓻𝓷𝓸 𝓔𝓽𝓮𝓻𝓷𝓸
Romance¿𝙹ó𝚟𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚙𝚛𝚎𝚙𝚊𝚛𝚊𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊 𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎𝚗𝚍𝚒𝚎𝚗𝚍𝚘 𝚞𝚗𝚊 𝚊𝚟𝚎𝚗𝚝𝚞𝚛𝚊? ¿𝚄𝚗 𝚎𝚗𝚊𝚖𝚘𝚛𝚊𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘 𝚜𝚎𝚌𝚛𝚎𝚝𝚘? ¿𝙾 𝚚𝚞𝚒𝚣á𝚜... 𝚊𝚕𝚐𝚘 𝚖á𝚜? Joshua Jones, estudiante universitario, 21 años de edad, ¿un idiota? A...