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Se fue. Apenas abrió los ojos a la mañana siguiente Tabi ya no estaba. La verdad no le sorprendía, ese ruso siempre se despertaba mucho antes que el, además, supuso que tendría cosas que hacer, pero aún así, no podía evitar sentirse extraño, es como si no le importara siquiera despedirse. Sólo lo usaba y se iba, se sentía sucio en cierto aspecto.

— ¿Quién sanó tus heridas, tarado? —Murmuró a regañadientes en lo que abrazaba sus propias piernas.

En realidad jamás lo entendería, pero esa era una de las cosas que le gustaba de Tabi, o tal vez en todos, era un misterio sin resolver, y a él le gustaban esos misterios que te dejan con la intriga, lo ponían mucho, pero definitivamente no diría tal cosa, menos a Tabi, se creería el gran cuento después. Pfft, ¿podrías imaginarlo?, ¿un asesino y un solista famoso juntos? Era imposible, el mundo descubriría rápidamente los oscuros secretos de su amigo, aunque si fuera así se encargaría de salvarle el culo nuevamente. Alguien tenía que defender a Tabi, y si nadie más lo iba a hacer, ese alguien sería él.

Decidió tratar de olvidar el tema. No valía la pena carcomerse la cabeza con una fantasía que jamás sería real, ¿amantes? Ja, ni en los mejores libros.
... Aquello le recordó el fanfic, estaba convencido de que él podía escribir una mejor historia, solo tenía que descubrir cómo. Quizá hasta esa se volvía su nueva pasión: escribir fanfics friends to lovers. Se oía prometedor.

Volvió a recostarse en su cama, notando ese curioso hormigueo en sus piernas que al final de su recorrido se convertía en un incómodo cosquilleo en su vientre.
Su palma se deslizó sobre su propio pecho y abdomen, infiltrándose bajo su camiseta, subiendola hasta poder morder el pliegue de aquella prenda para mantenerla en alto, y cuando sus manos volvieron a bajar hasta su vientre, el cosquilleo intensificó.

Bien, iba a masturbarse, pero no porque le hubiera puesto cachondo el recordar el fanfic que leyó la noche anterior, sino porque debía empezar el día con la energía suficiente.

...

Bostezó al salir del cuarto, la verdad no había recuperado energías con aquel acto tan sucio, al contrario, se le agotaron todas las energías que tenía reservadas. Además había sufrido una crisis de culpabilidad por haberse tocado tan temprano, ¿por qué lo había hecho? Dios, no había necesidad, pero lo hecho ya fue.

— Al fin apareces. —Soltó Solazar al verle entrar en el comedor.— Hueles bien, ¿te bañaste?

— Sí, debe ser el shampoo nuevo. —Dijo algo cabizbajo, sentándose en la mesa del comedor, viendo como su padre al contrario se ponía de pie para traerle de comer.— ¿Y Aldryx?

— Salió con su novia. —Respondió dejándole una taza de leche con sabor de frutilla. Acercándole el plato con una pequeña torre de tortitas de avena, fresas y sésamo.

— ¿Tan temprano?

— Están de aniversario.

— ¿Cuántas novias tiene? —Acercó su taza a sus labios.— Ya me resulta raro que salga con tanta gente.

— No le pregunto eso, sería como si te preguntara a ti si te has besado con Tabi, es lógico que hay algo, pero eso no se pregunta.

— ¡Oye! —La leche chorreó por el borde de su boca, así que se limpió rápidamente para no ensuciar su ropa.— ¡El y yo no nos besamos, ¿si?! Fue un cabezazo.

— Si, y yo soy Darth Vader.

— ¿Enserio?

— No, hijo, ¿acaso piensas?

— Si, pero no entiendo tu ironía, es difícil saber cuando lo haces.

Agachó su mirada, la verdad es que en el pasado, luego de su funa por su comentario homofóbico en televisión pública, el ruso si le había dado un "cabezazo", jamás lo había visto tan molesto con el, aunque más que molesto se veía muy dolido. Eso marcó un antes y un después entre ellos, y aunque con el tiempo su relación se fortaleció más y consiguieron superar ese altercado, Agoti jamás consiguió superar la violencia con la que Tabi le agarró del cuello y le obligó a besarle con tanta agresividad, diciendo que si el iba al infierno por ser bisexual (como él había señalado en televisión) lo arrastraría con el.
Si lo pensaba ahora, sonaba un poco caliente, le gustaba eso. Ese beso fue un secreto entre ambos por mucho tiempo, jamás hablaron de eso nuevamente, Agoti era demasiado cobarde como para sacar el tema, y Tabi seguramente ya lo habría olvidado.

Mᴇ Aɴᴅ Tʜᴇ DᴇᴠɪʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora