El golpe contra su espalda al caer al suelo le hizo perder el aire por unos segundos, incluso pudo jurar que sus huesos crujieron un poco, pero su cuerpo vibró ante el peligro de un nuevo ataque, así que se apresuró a encoger sus piernas y dar una vuelta hacia atrás, impulsándose con sus manos para así poder ponerse de pie, aunque a tropezones. Se cubrió el rostro al ver la tierra que se levantaba del destruido suelo ante el, y de aquella nube de polvo salió Solazar, con uno de sus brazos en punta de espada y con una mirada tranquila. En la otra mano cargaba una de sus cuchillas, ¿en qué momento se la había quitado?
— ¿Estás bien? —Preguntó su manager al verle tan agitado.
— Seeh. —Apoyó sus manos sobre sus rodillas para tratar de respirar correctamente otra vez.— So-solo dame un minuto.
— ... ¿Por qué dijiste que quieres aprender a pelear?
— ... Porque tú entrenas a Aldryx, solías entrenarme a mí también cuando tenía entre 12 y 18, pero luego dejaste de hacerlo. —Se secó el sudor de la frente.— Yo también... Puedo pelear como el.
— Aldryx entrena desde que tiene memoria, Agoti. El siempre quiso ser más fuerte, esta no es tu área. Tú eres más delicado.
— Tu siempre dices que podemos hacer lo que nos propongamos. —Empuñó la última cuchilla que le quedaba en su poder.— ¿Qué esperas, viejo?, ¿que te ataque yo primero?
La expresión de Solazar ensombreció un poco, tirándole a los pies de su hijo la cuchilla que había tomado para hacerle retroceder un paso, y se movilizó rápido hasta el. Sí, los digidevils eran hábiles, pero lo eran más cuando habían entrenado por años, no un par de meses como lo era en el caso de Agoti. Aldryx era el de la habilidad física para combates, Agoti solo era el hermano lindo y encantador; jamás estuvo interesado en pelear o entrenar, ¿por qué ahora si?
Una bola de fuego brotó de la palma de Solazar, y al lanzarla, consiguió encerrar a su "presa" entre unos muros de fuego que envolvían su alrededores, tal vez había sido cruel, pero alguien debía hacerle abrir los ojos a Agoti, no puedes ser bueno en todo, no siempre.!!!
El digidevil miró en su dirección, mordiendo el filo de su cuchilla para así poder usar sus manos y piernas para impulsarse, saltando al aire, justo en dirección de él. "¿Qué hace?" se preguntó Sol entrecerrando sus ojos, volviendo su brazo espada a un puño nuevamente para no lastimarle de gravedad por accidente, y cuando lanzó el golpe le sorprendió ver como su hijo menor lo esquivaba en el aire con agilidad, algo que no había visto en él antes.
Agoti realizó un giro, usando su cola para golpear el rostro de su padre, y cuando tuvo la oportunidad usó su cuchilla disponible y la clavó en el hombro del solarizapien, sabía que eso no le dañaría de gravedad, pero era un punto para cualquiera al haber atacado al enemigo. Definitivamente no se enfrentaría a hombres fuego para defender a Tabi, pero con humanos si servía y eso era lo que le importaba ahora.
Solazar gruñó, devolviéndole el golpe, y en un arranque de enojo le agarró del cuello de su camiseta blanca, dándole un fuerte golpe en el estómago, consiguiendo hacerle retroceder. El digidevil extendió sus alas para detenerse en medio del aire nuevamente, pero solo por un segundo, la energía no tardó en escaparse de su cuerpo, y al esconderlas nuevamente solo tuvo tiempo suficiente para acomodarse al caer.Solazar aguardó, pero luego recordó que no era con Aldryx con quien peleaba. Quizá se había excedido un poco.
— Oh- Oh no. —Descendió, apresurándose a acercarse al digidevil que permanecía tendido en el suelo.— Agoti, ¿Agoti? —Se arrodilló a su lado, pero con moverlo un poco ya pudo oírle quejarse.— Dioos, que susto.
— Ahh, maldito viejo demente. —Dijo con su voz rasposa, tosiendo poco después por el polvo a su alrededor.— ¿Acaso quieres matarme? Sé que no soy tu hijo favorito pero no creí que me odiaras así.
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Mᴇ Aɴᴅ Tʜᴇ Dᴇᴠɪʟ
ФанфикEn las vibrantes luces de la fama y las sombras del sigilo, Agoti, el adorado artista musical, guarda el oscuro y misterioso secreto de su mejor amigo. Entre acordes apasionados y susurros mortales, su amistad se teje en una danza peligrosa donde el...