El brillo de aquellas ampolletas junto al espejo de su camerino temporal le hacían mantener una iluminación perfecta para resaltar los últimos detalles en su maquillaje. No se cargaba las facciones con ella, pero sí lo suficiente como para cubrir las malditas ojeras que tenía por haberse pasado toda la noche jugando videojuegos, en especial Minecraft, tenía un problema serio con ese.
En cuanto a su energía... Bueno. Nada que unas buenas latas de bebida energética y café helado no pudieran solucionar.
— Si yo quisiera, sería un increíble DragQueen. —Comentó Agoti con una amplia sonrisa cuando su hermano mayor entró en su camerino. Quizá se enorgullecía demasiado por lo dicho.
— Voy a ignorar que dijiste eso. —Respondió al cerrar la puerta a su espalda. Acercándose a la posición de su hermano, quien ahora enfocaba su atención en ordenar los envases de maquillajes por tamaño y color. Desde la base, corrector, sombras y aquellos iluminadores faciales hasta la brochas y demás cosas que jamás entendió como se usaban.— ¿Cuándo planeas que hablemos sobre "eso"?
— ¿Define "eso"? —Resaltó las comillas con sus dedos.
— Tú. Tabi. —Realizó un movimiento con sus manos como si se estuvieran besando.— Vamos, me los he topado más de una vez en "eso". Ya comienza a ser incómodo para mí.
— Te pasa por metiche. —Giró en su asiento, sintiendo como el calor se le subía al rostro.— ¿Quién te manda a mirarnos y analizar todo lo que hacemos?
— Literalmente vi como te daba sobre tu propia cama, Agoti. No hacía falta ponerme a analizar cómo nuestro amigo estaba entre tus piernas. —Iba a alzar la voz, pero no sabía quién pudiera estar tras la puerta, así que bajó su tono.— Deberías tener un poco de decencia y cerrar la puerta con seguro la próxima vez.
— Me aseguraré de hacerlo si así dejas de darme un sermón.
— Créeme que tampoco me agrada hablar de esto, pero piénsalo. ¿Y si Solazar te hubiera visto?
Aquello hizo a Agoti pensar en lo ocurrido, la verdad no habría sido una escena muy cómoda para él tener que recibir a su padre teniendo a su mejor amigo entre las piernas, y mucho menos lo de la última vez. No estaba seguro de si Aldryx también se percató de la "pequeña atención" que Tabi le dio bajo la mesa en su última visita al comedor, pero deseaba con todas sus fuerzas que no fuera así, porque sino enserio le daría un puñetazo al ruso si así resultaba ser.
Abrió la boca para defenderse, dos veces de hecho, pero no podía decir nada. Sabía que Aldryx tenía razón, y no podía refutar, solo le quedaba ponerse a la defensiva, pero antes de poder hacerlo tocaron la puerta de su camerino, y por el tono en el que fue, debía tratarse de Sol. Solo él tocaba esa cantidad de veces, era un código para saber que se trataba de él.
— Agoti, ¿ya estás? —Preguntó abriendo la puerta.— La gente se está acumulando en la entrada, si no empezamos ahora no alcanzarás a recibirlos a todos.
— Ya voy. —Dijo volviendo a ver la mesa donde yacía su maquillaje, y tras escanear su superficie, alcanzó su teléfono y lo metió a su bolsillo.
Dejaría esta conversación sin conclusión por ahora, pero una vez que tuviera la oportunidad de volver a hablar con su hermano lo haría sí o sí. Lo mejor era que mantuviera la boca cerrada. Por mantener el secreto, ya que no quería que todo el mundo supiera que el famosísimo Agoti Andromeda estaba enamorado y de amante con su mejor amigo.
Siguió a Sol a lo largo del pasillo, esquivando a los diversos colegas de su trabajo que se encargaban de arreglar alguna que otra cosa en él, incluida la capucha de su polerón. No entendía porque tanto detalle, solo iba a realizar un encuentro con fans. Estaba seguro de que si se presentaba incluso con pijama le recibirían de buena manera.
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Mᴇ Aɴᴅ Tʜᴇ Dᴇᴠɪʟ
FanfictionEn las vibrantes luces de la fama y las sombras del sigilo, Agoti, el adorado artista musical, guarda el oscuro y misterioso secreto de su mejor amigo. Entre acordes apasionados y susurros mortales, su amistad se teje en una danza peligrosa donde el...