Bajo la Bandera a Cuadros || Lando Norris #1

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*26 de Diciembre de 2023*

Mallorca, España

Gabriela.

Estos días junto a mi familia y amigos se me habían pasado super rápido, amaba pasar tiempo con ellos después de estar largas semanas fuera de casa sin verlos.

Pero aún así, siempre teníamos nuestras quejas.

- Gabriela ¿Has ido ya a ver a tu padre? - me pregunta mi madre entrando a mi habitación mientras estoy hablando con Lando por videollamada.

Odiaba que la gente entrara sin respeto alguno a mi habitación, voy a plantearme seriamente si debo ponerle pestillo a la puerta.

- Lando, luego te llamo ¿vale? - le digo colgando la llamada y tirando el móvil en algún lugar de la cama para hablar con mi madre - ¿por qué tendría que ir a verle? He estado sin hacerlo 1 año y he estado bastante bien sin hacerlo.

- Vamos Gabi, no puedes estar así toda tu vida por favor, debes perdonarle.

- ¿Perdonarle el qué? Dímelo, en serio porque no lo sé ¿Perdonarle el qué nos abandonara con la excusa de los torneos de tenis y nos cambiara por otra familia? Otra que ya tenía hace tiempo. Dime mamá, ¿es eso lo que le tengo que perdonar? - le digo harta de esta conversación año tras año con las lagrimas a punto de salir.

- Cariño - dice sentándose al borde de la cama - todos sabemos el daño que nos ha hecho en esta casa, pero debemos aprender a perdonar a las personas, lo que tú padre ha dado por nosotros nunca se irá y debemos estarle muy agradecidos.

- Está bien mamá - digo a regañadientes - pero si papá quiere verme que venga él, no pienso volver a poner un pie en su casa.

- Vamos Gabi, hazlo por mí por favor.

- Me lo pensaré ¿está bien?

- Está bien, pero no tardes en hacerlo - me dice forzando demasiado una sonrisa.

Estaba cansada del mismo tema de siempre, mi padre, quiero decir, mi verdadero padre, nos abandonó a mí, a mi madre y a mi hermano hace 7 años por otra mujer, muchísimo más joven que mi madre, sin hijos, sin responsabilidades algunas, solo el tenis y su nueva mujer.

Aunque mi madre y Alex ya le hayan perdonado a mi aún me cuesta y bastante, ¿sabes? ¿Cómo se supera que un día estés entrenando tan contenta con tu padre en su academia y al día siguiente te abandone para verte de vez en cuando?

3 golpes débiles en la puerta me sacan de mis pensamientos.

- ¿Se puede? - me pregunta Alex al otro lado de la puerta.

<<Al fin alguien se digna a pedir permiso en esta casa>>

- Claro pasa - le digo secándome rápidamente las lágrimas que al fin habían salido de mis ojos.

Respondo para acto seguido ver la cabeza de mi hermano asomarse en la entrada de mi habitación.

- ¿Qué vas a hacer? Ya sabes, con el tema de papá.

- Iré a verlo, eso es lo que quiere mamá.

- ¿Pero es lo que tú quieres?

- ¿Desde cuándo eso importa, Alex? Aquí siempre se hace lo que diga ella.

- Pues no lo se Gabriela, pero desde ahora a mí me importas mucho ¿entiendes? Quiero que estés bien, que no lo vuelvas a pasar mal y muchísimo menos por culpa de un hombre, quiero que tengas un pilar en quien respaldarte y si ese pilar no es mamá lo seré yo - me dice mirándome directamente a los ojos - Ahora dime, ¿Qué vas a hacer con lo de papá?

- Había pensado en que viniera a casa, me niego a volver a aquel infierno - digo con las lágrimas a punto de salir nuevamente.

- ¿Y por qué no lo haces? Así lo vemos los dos.

- ¿Estás loco? Como vamos a juntar a papá y a Manuel aquí, eso sí que no va a salir bien.

Manuel es, por así decirlo, un ángel caído del cielo en esta casa. Desde que llegó todo va a mejor en esta casa. Es el marido de mamá, y aunque hace apenas 5 años que está con nosotros yo ya lo considero como mi padre, aquel que siempre había deseado tener.

- Iré a casa de papá, ahora en un rato le escribiré y voy mañana a visitarle - le digo a Alex después de un pequeño rato en silencio.

No recibí respuesta de mi hermano, una simple mirada nos bastó para entendernos.

Estaba tan agobiada en ese entonces, necesitaba desahogarme, dejar salir todo, pero aún no era el momento.

AaPapá

Hola papá.

<<Se me hace tan raro llamarlo así>>

¿Te importa que vaya mañana a verte?

Hace tiempo que no nos vemos y así pasamos un rato juntos, ya sabes, como padre e hija.

¿Te parece bien?

En ese momento otra notificación me alejó de mi mundo, una notificación que tanto deseaba recibir cada día.

*NOTIFICACIÓN*

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