Debido a tus problemas económicos, siempre has buscado un trabajo muy buen pagado para ayudarte a ti y a tu familia, cuando te contratan en el negocio con más riquezas y más lujoso de todo Japón, y además comienzas una relación amorosa con el jefe d...
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– ¿Que dice? – Me pregunto intentando mirar aquel papelito, pero yo no lo dejé.
Lo miré con el ceño fruncido antes de comenzar a alejarme.
– Nada importante, te lo aseguro. – Comente sin mirarlo.
Camine hasta un asiento cerca de ahí y me senté, para después volver a abrir el papelito, como mencioné anteriormente, era un numero de teléfono, lo arrugue antes de guardarlo sin ningún cuidado en mi bolsillo.
Es decir, ¿y si en realidad alguien más lo dejó ahí? Aunque también puede que aquel chico lo haya dejado, no me importa, no estoy interesada por ahora en una relación amorosa.
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– Que tenga buen dia! – Despedí a un cliente que acababa de comprar un saco que era ideal para invierno.
Miré a todos lados, la tienda estaba algo vacía, casi no había gente, realmente la ropa era demasiada bonita y elegante, además de no estar arrugada, como deseaba algún día vestirme con un atuendo así.
A veces desearía convertirme en una ladrona para conseguir dinero, después de todo, soy alguien que puede parecer amable a la vista y eso es una distracción increíblemente perfecta.
– Disculpe. – Alguien me llamo sacándome de mis pensamientos, lo miré. – ¿Sabe dónde está la zona de bolsos para mujeres? Es para mi pareja. –
Este hablo, pero note que no venía con ella, algo que él noto.
- Es para nuestro quinto aniversario, el otro día pasamos por aquí y me dijo que tanto anhelaba ese bolso. – Comentó haciendo una leve reverencia.
No pude evitar sentirme algo sensible, pero a la vez envidia, envidia de que aquella chica tuviera un novio así de lindo y que le regalara cosas que ella deseaba.
Eso solo me lo puedo merecer yo, no una zorra cualquiera.
– Claro, yo se lo enseño. - Sonreí de forma fingida antes de rodearlo y empezar a caminar.
Este me siguió, ambos llegamos a la zona de bolsos y él me apuntó al bolso que él quería para su tal pareja.
Dios, hasta sentía que la sangre me hervía del enojo, era algo insoportable de aguantar.
Lo agarre y se lo di.
– Serían $5000. - Informe, este abrió su billetera y sacó el dinero exacto.
