14

373 38 22
                                    

— Yo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Yo...lo siento, pero en cuanto te vi no se que sentí, pero estoy seguro que era amor... —su tono de voz sonaba arrepentido, en cambio yo empezaba a sentir miedo al ver de reojo que empezó a tocar mi cuerpo. — Se que esto es repentino, pero...me gustaría salir contigo.

¿¡Disculpa?! —solté, confundida y alterada, alejándolo con brusquedad. — ¿Que te pasa?

Solo me miró, y yo a él, aunque no pasó mucho cuando quiso acercarse nuevamente a mi y yo retrocedí.

Si...eso fue grosero, perdón... —agachó la cabeza, Dios mío, pero que loco. — ¿Donde están los tenis?

Maldito loco, cambio de tema tan rápido que ya hasta desconfiaba de él.

Me di la vuelta, cuidando mi espalda obviamente por si quería acercarse de nuevo a mi, me paré y comencé a buscar en un instante los tenis deportivos que él buscaba.

Después de unos minutos, ambos salimos de la bodega, fuimos hasta una mesa donde yo le puso todas las cajas que había encontrado de lo que buscaba, él se puso a abrirlas una por una, y la verdad, si se tardo muchos minutos inspeccionando todos los zapatos, si me canse pero tuve que fingir buena actitud, pues ya que, yo decidí trabajar aquí.

Me llevaré estos. —dijo, tomando una caja y apuntándolos con uno de sus dedos.

Está bien, ven a la caja que te voy a cobrar. — mencione, caminando hacia dicho lugar mencionado donde él también me siguió. — Serían $1750.

Sacó unos billetes y me los dio, yo le di su cambio y se me quedó mirando unos cuantos minutos, cosa que me puso incómoda sinceramente.

¿Pasa algo? —interrogué alzando una ceja y confundida.

No, nada... —sin decir nada más, se dio la vuelta y salió del local, yo acomodé unas cuantas cosas, aún procesando lo que acababa de pasar con ese chico, si fue demasiado extraño a decir verdad..

Pasaron unos cuantos minutos, ya no habían casi clientes así que todo fue aburrido en mi opinión, o bueno, así hasta que llegó la hora de almorzar, así que me dirigía ahora a la puerta para ir a comprar un desayuno.

¿A donde vas? —escuche que me preguntó Michikatsu.

Iré a comprarme algo de desayunar, ¿quieres acompañarme? —le pregunte con una sonrisa.

Claro, tengo mucho tiempo libre que ya no se que hacer. –mencionó aún con un tono levemente serio y calmado, para después abrir la puerta. — Pasa.

Máquina de dinero | Michikatsu Yandere Donde viven las historias. Descúbrelo ahora