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— Yo solo lo había dicho para no asustar a tu madre, pero si tú gustas podemos serlo de verdad

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Yo solo lo había dicho para no asustar a tu madre, pero si tú gustas podemos serlo de verdad... —abriste tus ojos con sorpresa al escuchar esas palabras de su parte.

¿Que es lo que dijiste...? —lo volteaste a ver fingiendo demencia, y notando que sus rostros estaban a casi centímetros de besarse.

No te hagas la que no escuchaste que hasta acá pude sentir por algunos segundos tus nervios... –su tono de voz era serio, se notaba que no estaba bromeando.

Te quedaste callada, sin saber que responder, la tensión del momento era demasiado para ti que lo único que podías hacer era tartamudear, literalmente, algo que el mayor aprovechó para acercarse aún más.

Pero, en eso afortunadamente tú madre abrió la puerta, quedándose atónita al verlos a ustedes dos.

Mierda, lo siento. —se disculpó, pero en cuando Michikatsu se volteo tu madre te sonrió, se veía emocionada y te hizo el pulgar para arriba. — Quería decirles que en cuanto bajaran podríamos ir a pasear.

En realidad en ese paseo quería dejarlos solos a ambos.

Ya vamos. —en eso la mayor cerró la puerta, aprovechaste y lo alejaste pero el mayor no te dejó dar ni un paso cuando te tomo nuevamente de la muñeca. — ¿Ahora que es lo qué pasa?

¿No vas a decir nada al respecto? —encuestó, apretando más tu muñeca para que no te pudieras ir.

¿Al respecto de que? —nuevamente fingiste demencia pero la cara muy seria de Michikatsu te hizo recapacitar. — Mira...no se como explicarlo, no encuentro las palabras adecuadas pero...

No terminaste de hablar cuando este te jalo hacia él tomándote de la cintura, y manteniendo tu cuerpo cerca del suyo.

¿Pero que? ¿Qué diablos estás tratando de decir? —preguntó, frunciendo el ceño en el proceso. — Sinceramente, ya estoy harto.

¿Harto...?

Si, harto. —ibas a abrir tu boca para protestar pero este te la tapo. – Y no digas nada, la verdad es que no te entiendo, no te entiendo para nada, un día andas diciendo que te intereso y al otro ni siquiera eres capaz de responderme, solo déjame decirte que ya he tenido mucha paciencia con este tema, ya hasta estoy creyendo que en realidad no quieres nada y tú madre te obliga a estar conmigo.

Abriste tus ojos impactada ante sus palabras, lo miraste y rápidamente negaste con la cabeza.

No, eso no es cierto. —le dijiste, tomándolo por los hombros y acercándote más a él, esto implicaba el tener que ponerte de puntitas. — Te juro que no es cierto.

Máquina de dinero | Michikatsu Yandere Donde viven las historias. Descúbrelo ahora