11

478 45 30
                                    

Después de la "pequeña" discusión que habían tenido tú y Michikatsu ya no dijiste nada durante todo el tiempo que tardo la mesera en llegar su comida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de la "pequeña" discusión que habían tenido tú y Michikatsu ya no dijiste nada durante todo el tiempo que tardo la mesera en llegar su comida.

Y eso, cuando llegó y la puso frente a ti, no comías, solo jugabas con la comida, bueno, comías de vez en cuando y eso pequeños bocados.

Obviamente el mayor se dio cuenta de esto, quería decir algo para romper el silencio incómodo que había entre los dos, pero, nada se le ocurría.

Kioko. —te llamo, tú te quedaste quieta dándole señal de que lo estabas escuchando, abrió su boca queriendo disculparse pero su ego no se lo permitía... — ¿Todavía no comes? Apúrale, por favor que me estoy preocupando.

Si, que idiota fuiste tú al pensar que se disculparía.

Solo asentiste antes de empezar a comer un poco más rápido y de forma obligatoria, obviamente no ibas a desaprovechar esta comida, si que tenías hambre y el estar algo molesta no era motivo para no comer.

Al pelinegro le preocupó el que no dijeras nada, solo pudo torcer los ojos y maldecir en sus adentros al pensar: "Genial, otra pelea sin sentido"

Después de unos minutos habías acabado, Justo cuando había llegado la mesera y recogió sus platos.

¿Le traigo la cuenta? —le interrogó a Michikatsu, quien asintió entonces se fue, tú solo te rascaste la nuca, nerviosa y sintiendo el ambiente incómodo.

Oye. Lo siento. —te sorprendiste ante aquella repentina disculpa de parte del mayor, quien en sus adentros estaba luchando contra la lástima que le daba el tener que pedir perdón. — Se que te hable mal hace rato, y apenas me doy cuenta, soy un idiota.

<<Si, si lo eres>> no te preocupes... —volviste a mirar al suelo.

Pero, nuevamente volteaste a ver al mayor cuando esté tomo tus manos y las apretó, entrelazándolas con las suyas.

Enserio, te pido perdón.

Y yo ya te perdone.

No, no es cierto. —insistió. — No me perdonaste, aún sigues molesta, por eso te vuelvo a pedir perdón.

Si, tenías que admitir que en cierta parte te daba lastima, pero, te había hablado mal! Aunque...no es como si tuvieras la opción de mandarlo a la mierda

Lo miraste, y él a ti, en su expresión aunque no se viera se veía que realmente estaba arrepentido.

Te juro que si otra chica se me acerca y me insinúa la mando a la mierda. —prometió, antes de sacar de su bolsillo un anillo, y ponértelo en el dedo. — Esto te lo iba a dar en la mañana, pero se me olvidó y creo que este es un momento perfecto.

Está bien, me convenciste. —segundos después le dedicaste una sonrisa, notando como soltó un pequeño suspiro de alivio. — Además, este anillo está demasiado bonito, muchas gracias.

Máquina de dinero | Michikatsu Yandere Donde viven las historias. Descúbrelo ahora