Debido a tus problemas económicos, siempre has buscado un trabajo muy buen pagado para ayudarte a ti y a tu familia, cuando te contratan en el negocio con más riquezas y más lujoso de todo Japón, y además comienzas una relación amorosa con el jefe d...
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— ¿Cuanto sería del vestido? —interrogó Michikatsu a la cajera, mientras este sacaba su billetera.
Tu solo estabas a un lado de él, a la cajera le dio gracia verte al lado del mayor pues solo le llegabas hasta un poco más debajo del cuello, él era más alto que tú de forma obvia.
— $3000. —ante esas palabras la miraste con sorpresa, ¿un vestido simple como ese costana esa cantidad? Ya hasta estabas a punto de decirle al pelinegro que mejor fueran a comprar una copia en el tianguis. — ¿Que? ¿Porque esa cara?
La mayor noto tu expresión, tú la ignoraste y en cambio miraste a Michikatsu, Quien estaba a sacando el dinero exacto pero antes de que lo hiciera tú lo tomaste de la mano evitándolo, te volteo a ver confundido.
— ¿Pasa algo? —preguntó al verte un poco alterada.
— ¿Enserio lo vas a pagar? Esta muy caro, si gustas lo podemos dejar e irnos- —no acabaste de hablar.
— Esa cantidad para mí es poca, tú no tienes nada de que preocuparte. —se separó un poco de tu agarre, pero, debía admitir que le causaba algo de gracia y ternura a la vez tú preocupación. — Aquí está el dinero. —
Terminó de sacar la cantidad y se lo dio a la cajera, quien lo tomo y lo guardo.
— ¿Gustan una bolsa? —encuestó, el mayor asintió mientras tú ahora solo estabas al lado de él con la cabeza agachada.
Si, sin duda esa tienda era demasiado cara, tú no entendías el porqué había demasiada gente que practicaba echaba a perder su dinero por cosas simples cómo está, pero bueno, cada quien, como dicen, el que tiene dinero hace lo que quiere.
Michikatsu te saco de esos pensamientos al momento de tomarte de la mano y así ambos caminar fuera de ahí, tú soltaste un jadeo repentino ante esta acción.
— No entiendo porque malgastas tu dinero. —le dijiste, este solo siguió caminando sin ponerle tanta importancia a lo que le habías dicho.
— Y yo no entiendo porque sigues preocupada si ya te dije que eso es muy poca cantidad para mi. —acotó encogiéndose levemente de hombros, entonces tú solo te quedaste callada.
Salieron de la tienda y caminaron hacia su auto, donde este hizo que te subieras y una vez ahí lo arranco, para empezar a salir del estacionamiento.
Tu solo mantenías tu cabeza en la ventana, sin decir nada, solo viendo la calle y como los autos pasaban.
En un momento repentino, Michikatsu dio la vuelta hacia un lugar en otro estacionamiento, estacionándose ahí con algo de agresividad y rapidez, donde no había nadie a la vista, nadie que los pudiera ver.
— ¿Que hacemos aquí? —interrogaste, nuevamente aferrada al auto para no balancearte.
— Este es el sitio perfecto para que puedas cambiarte. —sacó el vestido de la bolsa y te lo dio, tú ante esto te quedaste casi helada, ¿¡él quería que te cambiaras ahí mismo?! Estaba loco.
